La Peña Deportiva y el Alzira necesitaban los tres puntos para salir del fondo de la tabla clasificatoria, pero tuvieron que conformarse con un punto cada uno tras un partido de poca calidad en el que ambos conjuntos hicieron lo que pudieron para ganar y lo dieron todo para no perder. La Peña estaría ahora fuera de los puestos del descenso si hubiera ganado, pero el Alzira se jugaba también su supervivencia en Segunda B y los jugadores tuvieron que irse a los vestuarios enfadados, cabizbajos, pensativos y bajos de moral porque los dos clubes perdieron la oportunidad de sacar ventaja ante un rival directo.
Los santaeulalienses se las prometían felices tras sus dos triunfos consecutivos y con la grada repleta de público. La tercera victoria seguida les daría alas y más energía, pero el Alzira también sabía lo que estaba en juego y desde el principio fue a por la victoria, si bien es cierto que no tuvo ocasiones de gol, pero superó a la Peña en el centro del campo y sus rápidos contragolpes creaban inquietud, así como las faltas ensayadas que lanzaron, pero su dominio fue totalmente infructuoso.
Por su parte, los santaeulalienses no estaban centrados, perdían balones con facilidad, en la zona ancha eran minoría y faltaba profundidad. Además, Gallo volvió a estar demasiado solo arriba.
Las dos únicas jugadas de cierto peligro fueron tras el lanzamiento de sendas faltas que los locales no acertaron a rematar. Nada más.
Así se llegó al descanso, con la sensación de que el Alzira tenía el control del partido, pero quedaba mucho partido y muchas emociones por vivir.
El equipo valenciano salió a jugar la segunda parte presionando otra vez en el centro, lo que provocó más pérdidas del balón por parte local, con los consiguientes contraataques visitantes y nervios en las filas peñistas.
Gallo se tuvo que retirar lesionado en el minuto 47 y su puesto lo ocupó Adrián Ramos, pero Cristóbal decidió arriesgar más sustituyendo a Carril por Guirado para buscar más profundidad, pero antes del cambio llegó la primera jugada clave del partido: en el minuto 56 Heras remató de muy cerca a Pociello y éste envió el esférico a córner. En el saque de esquina hubo varios rechaces y el último, al borde de área, lo aprovechó Ramón para adelantar a su equipo en el marcador.
El público se quedó mudo y el técnico local gritó el cambio para quemar las naves. El equipo tenía que reaccionar. No había nada que perder y mucho que ganar. Dicho y hecho. En el minuto 67, y gracias al empuje de los ibicencos, el árbitro pitó penalti y expulsión por manos dentro del área de Vaquero. La pena máxima la lanzó Tino y el empate subió al marcador.
La grada lo celebró por todo lo alto. Quedaban 23 minutos por jugarse y el Alzira estaba con uno menos, por lo que la Peña se lanzó al ataque para buscar el triunfo, apoyado por unos aficionados que animaron muchísimo al equipo, pero fue imposible. Tino, de cabeza, y Gavilán, en el descuento, tuvieron sus oportunidades, pero el balón se marchó fuera.
Al final, doloroso reparto de puntos entre dos equipos que se niegan a bajar a Tercera. El de ayer fue un punto negativo para ambos, pero quedan por jugarse 33 puntos y todavía puede pasar de todo. Se dio un paso atrás, pero quedan kilómetros de Liga.
FUENTE DIARIO DE IBIZA
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