EL PRESIDENTE DEL EIVISSA ASEGURA QUE NO DESTITUIRÁ AL ENTRENADOR «PORQUE ÉL NO TIENE LA CULPA DE LO QUE HA PASADO EN EL CAMPO».
El presidente del Eivissa, Pedro Ortega, se fue a las oficinas del club cuando acabó el encuentro ante el Osasuna B sin ganas de hablar. Estaba destrozado.
El 5-6 que reflejaba el marcador le dejó desencajado y lo primero que hizo cuando llegó a los despachos fue taparse la cara con las manos para que no se vieran las lágrimas que le recorrían por las mejillas. La derrota había sido muy dura. Estaba en juego la permanencia y no se podía fallar, pero, una vez más, le fallaron los de siempre: los jugadores, porque nadie del equipo técnico o de la directiva hizo mal su trabajo y
los aficionados, de nuevo, respondieron a la llamada del club, ya que unas 2.000 personas acudieron a animar a sa Deportiva ante la importancia
de un partido que no se podía perder si el club quería seguir en Segunda B. Pero se perdió. El equipo jugó una hora lastimosa y vergonzosa y los pamplonicas se llevaron con toda justicia tres puntos que les permiten soñar, ellos sí, con la permanencia.
Pedro Ortega no atendió llamadas telefónicas hasta las siete de la tarde, cuando devolvió la llamada a Diario de Ibiza sólo para decir una frase escueta y explícita: «Estoy totalmente destrozado. Ahora mismo no sé ni qué hacer. Me siento fatal y sigo intentando comprender qué ha podido pasar para perder un encuentro tan decisivo que ganábamos cómodamente por 2-0 a la media hora. No lo entiendo. ¿Alfredo? No he hablado con él, pero pienso que no tiene la culpa de lo que ha ocurrido sobre el terreno de juego. No pienso que su destitución sea la solución».
Ortega no quiso hablar del rendimiento de los jugadores y se limitó a añadir que no se explicaba lo ocurrido y que nunca había visto un partido tan extraño como el jugador ayer en Can Misses.
FUENTE DIARIO DE IBIZA
Comenta esta noticia
Los comentarios están desactivados temporalmente. En breve estarán disponibles de nuevo.