El descenso llama a la puerta de la Peña Deportiva y tiene atrapado y sin salida al Eivissa. La Peña cayó en su casa ante el Orihuela (0-1) de forma desafortunada porque el equiopo de Cristóbal Parralo dispuso de las mejores oportunidades para ganar, no supo hacerlo, no supo rematar y los ibicencos dieron paso al manido tópico de quien perdona pierde. Perdonó la Peña Deportiva, perdonaron Tino, Guirado y Carril, por citar a algunos y no perdonaron Ricardo bajo los palos del Orihuela ni lo hizo Pereyra en el área de Pociello. Los alicantinos lograron además su gol en el minuto 90.

No había posibilidad de reacción. El golpe tenía carácter definitivo y coloca a la Peña Deportiva en una más que complicada situación como para pensar que la permanencia en la categoría es una cosa posible. Si todos los partidos y los puntos son importantes, los de esta oportunidad tenían doble valor por tratarse de un rival directo que se marcha de Santa Eulària con un excesivo premio a sus méritos.
El Eivissa fue a Barcelona en un viaje a ninguna parte. A cumplir el trámite de la disputa de un partido en el que los ibicencos salían con la obligación de ganar. No era el mejor sitio el Mini Estadi para intentar la hombrada y el Eivissa, como en tantas jornadas, no ha dado la talla, ni en el juego ni en el marcador. Disponer una oportunidad de gol en todo el partido no es bagaje de recibo para hacer méritos mayores.
Los azulgrana, refugiados en su mayor técnica, sabedores de que el juego les iba a dar alguna oportunidad contundente, supieron esperar a que ese momento llegase.

Fue en la segunda parte, tuvo como protagonista a Benja por partida doble y el Eivissa perdió 2-0 de forma inapelable. De la misma inapelable forma que Pedro Ortega, presidente del Eivissa, cargó contra los jugadores al término del partido en los micrófonos de Radio Exit. «No tienen vergüenza profesional. Han tenido una actitud que no se puede permitir. Cada domingo igual a lo largo de toda la temporada. Nos han marcado dos goles por fallos nuestros».

Ortega está dispuesto a tomar medidas con sus jugadores. A estas alturas señor presidente va a dar lo mismo. El ilusionante proyecto vendido en los calores de julio de 2008, «en cinco años en Primera División» es un castillo de naipes que se ha caido, que empezó a caerse a primeros de noviembre y que se desconoce donde está el final de la caída sin fin que el equipo y el club iniciaron a los dos meses de arrancar esta frustrante temporada.

FUENTE FUTBOL PITIUSO.