La Federación Española de Fútbol no está por la labor de permitir que el Mérida traslade su sede social a Mallorca. Tras el acuerdo entre Inverfútbol y el club extremeño, ahora todo depende de la Española.
El Reglamento de la RFEF estipula que se deben dar tres consentimientos para cambiar un club de sede (Territorial): debe aprobarlo la federación originaria (en este caso la extremeña) en su asamblea general, la destinataria (la Balear) y la Junta Directiva de la Federación Española; es decir, en última instancia es Angel Villar el que decide. Y según ha podido saber Web Esport, el presidente de la RFEF no está por la labor y denegará el cambio de domicilio social. Otra cosa sería sorprendente.
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