El Juvenil División de Honor tiene un enfrentamiento directo por lograr un puesto en la Copa del Rey.
Gustavo Siviero, entrenador del equipo Juvenil División de Honor del RCD Mallorca visitaba el estudio de Versió Reial FM junto con el entrenador del filial de Tercera División, Jaume Bauzá para hablar de sus respectivos equipos pero ambos han analizado con detenimiento el importante choque del domingo a las 12.00 del mediodía contra el Espanyol, puesto que pelearán por la segunda plaza de la Liga y lo que eso conllevaría: clasificarse matemáticamente para la Copa del Rey.
«Pase lo que pase, no será definitivo. Con cualquier resultado que se pueda dar, las opciones estarán intactas. Todavía quedan dos partidos, tenemos un colchón de puntos que nos hacen soñar con la posibilidad de la Copa pero un resultado positivo en Barcelona nos reforzaría y nos daría la medida de lo que podemos aspirar», decía Siviero sobre el partido de este próximo domingo.
Espanyol y Mallorca está igualados a 58 puntos, pero los ‘pericos’ tienen la diferencia de goles a su favor y este enfrentamiento directo podría servir a uno u a otro para dar un golpe de autoridad antes de un fin de Liga previsto para el próximo 19 de abril, ratificarse como merecedor del segundo puesto y acceder automáticamente a una competición muy querida entre los futbolistas. «Es muy motivador para los jugadores. Están los mejores del país. Ofrece la posibilidad de que ellos compitan contra equipos que tradicionalmente nos llevan algunos años más de trabajo», comentaba el ex jugador mallorquinista.
Teniendo en cuenta la edad de los futbolistas, uno de los aspectos que deben cuidar más el técnico argentino y el segundo entrenador, Gabi Vidal es el aspecto psicológico para que la presión no les gane la batalla. «Es una edad en la que el futbolista sufre muchos cambios. Hay algunos que se dan cuenta de lo que viven y les carga de presión. Lo que no se enteran, les hace bien porque no tiene presión y lo hace bien. Es difícil gestionar veinte personas diferentes en edad de cambio. Este partido es trascendente y es decisivo, por lo que a algunos les hace más ilusión; a unos les carga de presión; unos tienen temor y otros ya lo quieren jugar mañana, etc. Hay que tratar que lleguen de la mejor forma de competir», explicaba.
Siviero ha querido recordar también que la función de un filial no es sólo llegar a lo máximo posible, sino formar jugadores para que puedan continuar creciendo en equipos superiores, en este caso, en el Mallorca B. «Los dos (Mallorca B y División de Honor) tenemos opciones importantes pero no nos aparta del objetivo que es el de formación. Si el filial solicita uno o más jugadores, significa que el trabajo va por los carriles que toca. Peor sería que no nos pidieran ninguna».
Jaume Bauzá
El entrenador de Sineu y encargado de dirigir al filial rojillo también ha estado en la charla organizada por el programa de radio oficial del Mallorca y ha hablado de la situación en la que se encuentra su equipo. Este fin de semana van a cruzarse con un Artá penúltimo pero no por ello menos peligroso. No valen las confianzas. «El último de estos trámites que tuvimos fue contra el Andratx y empatamos en casa. Tenemos que intentar no tropezar con la misma piedra. Hay diferencias entre equipos pero si tienes un mal día y el otro no encaja goles, se te puede complicar», apuntaba haciendo referencia al choque del domingo a las 12.00 horas en la Ciutat Esportiva.
Con unos números de vértigo, el Mallorca B sumó veinticuatro jornadas consecutivas ganando o empatando hasta que llegó la derrota por 4-1 en casa del Binissalem. Comenzó entonces un pequeño bache, que este fin de semana podría ver su auténtico fin. «Estamos en vías de superarlo. Es imposible mantener un tono durante toda la Liga. Ha ocurrido porque hay muchos motivos: hay algunos que están de baja que nos hacen falta o que eran puntales dentro del equipo que venía jugando; tensión o saturación pueden venir por muchos motivos pero por la edad no tendría que haber tropiezos que hicieran dejar de pensar en el objetivo, etc. Somos humanos y también hay cosas que nos influyen», reconocía Bauzá.
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