PENYA ESPORTIVA: Pociello (1), Aparicio, José Ruiz (1), Neftalí (1), Berto (1), Derek (1), Ondina (1), Guirado (1), Heredia (1), Tino (1) i Carril (1).Gallo (1) per Carril i Neftalí (1) per Guirado.

LLEIDA: Eduardo (1), Gabernet (1), Gala (1), Casado (2), Campabadal (2), Urrea (2), Jaume (2), Giménez (1), Ermengol (1), Mikel Álvaro (2) i Sellarés (1).Iván Parra (1) per Ermengol, Figuerola (1) per Giménez i Jordi Benet (1) per Mikal Álvaro.

GOL: 0-1: minut 85, Mikel Álvaro.

ÀRBITRE: López Puert. Amonestà Adrià i Josep. Expulsà amb vermella directa el jugador de la Penya Neftalí, en el minut 83, i el jugador del Lleida Campabadal en el minut 75.

Comentario:

La derrota obliga al conjunto ibicenco a tener que ganar 12 ó 13 puntos de los 18 que quedan por disputarse para no descender.

SEBASTIÁN CANDELA
La Peña Deportiva cambió ayer su rumbo deportivo al caer derrotada ante el Lleida. El descenso a Tercera División está ahora más cerca. El conjunto santaeulaliense y sus aficionados lo tenían todo planeado antes de que se jugara el partido de ayer: «Nos salvaremos si ganamos al conjunto leridano y después sumamos 10 puntos en los 18 que quedarán por jugarse. De ellos, nueve se disputarán en Santa Eulària y, además, tenemos que jugar en el campo del colista, Atlético Baleares, que está descendido. Esto está hecho», decían varios aficionados en la grada. Eran cábalas justas y lógicas tras la victoria de su equipo el pasado miércoles ante el Benidorm.
La realidad, sin embargo, fue muy distinta y el Lleida se llevó ayer los tres puntos de Santa Eulària, rompiendo así todos los pronósticos y dejando a la Peña inmersa en una situación crítica. Ahora hacen falta 12 ó 13 puntos de los 18 que faltan por disputarse. No hay nada perdido, es cierto, pero la situación se ha agravado muchísimo.
¿Qué pasó? Pues simplemente que la Peña jugó uno de sus peores partidos de la temporada. El equipo de Cristóbal estuvo muy incómodo sobre el terreno de juego, especialmente en la zona ancha, donde Ondina y Derek fueron anulados por el buen dispositivo visitante, mientras que Tino y Guirado se anularon solos, lo mismo que Carril en ataque.
El Lleida, con un 4-2-3-1, no dominó, pero tuvo siempre el control del partido y dejó claro en Santa Eulària por qué ha conseguido 22 de los 32 puntos posibles a domicilio y por qué es uno de los equipos que menos goles ha encajado.
Su planteamiento, serio y conservador, se le atragantó al conjunto ibicenco, que en ningún momento supo cómo jugar para acercarse a la portería.
La consecuencia estaba clara: los dos equipos sólo realizaron un disparo a puerta sin peligro. Nada más. El empate sin goles parecía inevitable.
El entrenador local apostó por dar entrada en la segunda parte a los delanteros Adrián Ramos y Gallo y ambos incordiaron a la defensa, pero en ningún momento consiguieron que los defensores perdieran sus posiciones. Sin embargo, fue más movida la segunda mitad gracias a las jugadas a balón parado y fruto de una de ellas llegó una buena ocasión para Gallo en el minuto 62, pero remató flojo a pesar de estar en una inmejorable posición.
La réplica del Lleida llegó en el minuto 66, cuando Ermengol remató de cabeza fuera estando solo en el segundo palo.
El balón estuvo mas tiempo en el campo del Lleida, pero no hubo peligro. Sólo en los saques de falta o córners. Pobre bagaje para lo que se estaban jugando los locales.
Lo peor, sin embargo, llegó en el minuto 83, cuando el colegiado pitó un absurdo penalti de Neftalí a Sellarés y la consiguiente expulsión al ser el último hombre. La pena máxima la lanzó Mikel Álvaro, que marcó el único gol de un partido que no lo ganó el mejor equipo, sino el que menos ansiedad tuvo y el que supo plasmar mejor sobre el terreno de juego sus necesidades de cara al final de Liga y sus aptitudes y los santaeulalienses, si no entran en juego Ondina, Tino, Derek y Guirado, tiene más bien pocas.
A partir de ahora habrá que emplearse más a fondo en los pocos partidos que quedan por jugarse porque la salvación está a seis puntos. Cerca para la Peña Deportiva del miércoles y muy lejos para la Peña de ayer.

DIARIO DE IBIZA