La política independentista se quiere mezclar con el fútbol e intenta utilizar a la selección de Cataluña para sus fines. Sin embargo no lo tiene fácil, porque los rivales de alto nivel pasan de jugar contra la representante catalana, como ha hecho Italia recientemente.
La Federación Catalana de Fútbol se las está viendo y deseando para encontrar un rival de primera línea con el objetivo de medirse a él el próxima 6 de junio, fecha liberada por la Real Federación Española de Fútbol para que las selecciones Autonómicas puedan jugar amistosos.
Según informa ‘el confidencial’, fuentes de la selección la italiana señalaron que ellos no juegan contra selecciones que no están reconocidas por la FIFA, aunque responsables de la Catalana no quieren entenderlo, y lo justifican diciendo que si tienen permiso de la RFEF para los italianos «sería como jugar con una federación reconocida por la FIFA». Pero va a ser que no.
Seria preocupación
Y es que existe seria preocupación en la Catalana que quiere evitar seguir jugando ante rivales menores. Contrarios que no atraen a la afición y que apenas acuden al estadio para seguir en directo el amistoso como sucedió ante Colombia el pasado mes de diciembre, partido que despertó más interés entre los ciudadanos colombianos residentes en nuestro país que entre la propia afición catalana.
Pero, además, los partidos de la selección catalana son aprovechados por los independentistas para dar la nota y sacar de contexto un evento que debería ser únicamente una fiesta deportiva para los futbolistas y aficionados al fútbol que han nacido en Cataluña y a los que, al margen de sus ideologías, hace ilusión defender y animar al equipo de su provincia. Los independentistas se aprovechan de las circunstancias que, a la larga se vuelve contra los propios intereses deportivos de la Catalana, que se encuentra con negativas como la de Italia. Y es que ni a italianos ni a cualquier rival se le escapa que este tipo de amistoso será utilizado para otros fines que no son deportivos y, lógicamente, huyen de representar ese papel. Y es que la gente no es tonta.
Los independentistas estropean la fiesta
El problema es que la Catalana no encuentra un rival de nivel que quiera jugar contra sus representantes, a pesar de que siguen haciendo gestiones para convencer a una selección de primer nivel que sea atractiva para la afición. Sin embargo, saben que corren el riesgo de que el encuentro sea de nuevo utilizado por las independentistas para hacer publicidad de sus ideas (y adornar el campo con sus banderas) y eso acabará cerrándoles las puertas de manera definitiva para convencer en el futuro a equipos con caché.
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