Si quedaba alguien en la parroquia deportivista que pensase en la posibilidad de que el equipo de Santaelena podría hacer realidad la utopía de lograr la permanencia, el propio Eivissa se encargó de despejarle todas las dudas en menos de media hora. El primer sorprendido fue el Tarrassa, equipo que llegó a Can Misses con el temor de quien ocupa una plaza de promoción y que salió disparado hacia la Champions.

Tras el último resultado ya no hará falta recurrir a muletillas («No hay un plan A o B en función de si estamos en segunda B o Tercera», Ibon Begoña). En realidad este equipo por no tener no ha tenido ni su cacareado plan de viabilidad. «Los jugadores tienen un gran compromiso», dijo Santaelena, acaso para ver si repitiendo esto muchas veces había alguien que se lo creyese.

Pero como en lo único que se puede creer es los hechos y no en las palabras, los hechos dicen que el Eivissa ha ganado cinco partidos en Segunda B en lo que va de temporada y hace meses que está en Tercera División. Casi desde el día siguiente al que el equipo convocó una rueda de prensa para anunciar que en cinco años el Eivissa estaría en Primera División. En la primera temporada han tomado la dirección equivocada.

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