Las matemáticas, que no el fútbol, eran el único sostén del Eivissa en Segunda B y la ciencia exacta de los números abandonó al equipo de Vila para consumar el presentido descenso de categoría, cuyo efecto dominó remite al filial a Regional de forma automática. Las mismas matemáticas son las que están pendientes de determinar qué día la Peña Deportiva corre la misma suerte, pues en el Estadio Balear el equipo de Cristóbal Parralo cayó derrotado en la recta final del partido (1-0) como ocurrió tantas y tantas veces.
En Can Misses fue el Valencia el enésimo equipo en llevarse premio. El filial valencianista, sin hacer nada destacable, despachó el partido con un empate (1-1) pese a las ganas de agradar y prolongar su agonía en la categoría.
Los ibicencos salieron con ganas al campo, Alfredo hizo debutar a Samir en el equipo titular, pero sus intentos ofensivos llegaron, en el mejor de los casos, a forzar saque de esquina tras saque de esquina sobre la meta de Salva.
Sin embargo los valencianos lograron acertar en la culminacuión de una jugada afortunada en su concepción para que Oncina anotase el 0-1. El Eivissa jugaba como nunca y perdía como casi siempre.
En el escenario de la Via de Cintura mallorquina, la Peña jugaba contra su destino, pero sin recordar que necesitaba ganar el partido y para hacerlo había que acercarse a la meta de Emilio. Urko, un vasco llegado al equipo mallorquín, traía a mal traer a la defensa visitante. El público reclamó pena máxima por una mano de un defensor ibicenco dentro del área que el colegiado dejó sin sancionar y en los últimos minutos de la primera mitad, Gallo primero y Guirado después, tuvieron la oportunidad de adelantar a los ibicencos, pero en balde.
En la segunda mitad de Can Misses el Eivissa se puso a buscar el gol de la igualada, pero sólo engordaba el número de saques de esquina lanzados, catorce cuando se jugaba el minuto veinte de la segunda mitad.
En uno de los múltiples ataques deportivistas sobre la meta de Salva un defensor interceptó el balón con la mano. Juan Carlos Sanz convirtió la pena máxima en gol. Veinte minutos por delante opara intentar seguir agarrados a una permanencia imposible. Noventa y siete días después de que Alfredo Santaelena se hiciera cargo del equipo, ganando desde entonces hasta hoy un partido, 4-2 al Alcoyano, el Eivissa consuma su particular annus horribilis y ya está en Tercera División, jalonando su camino con el farolillo rojo que alumbra su triste camino liguero.
En Mallorca, Cristóbal dio entrada a Carril por Adrián, los dos equipos jugaban con el miedo a perder y el temor a ganar, por necesario que resultara hacerlo. Pou dio un golpe revolucionario al juego de los mallorquines y el Atlético Baleares intentó llevarse el partido.
No pudo frenar la Peña Deportiva el ataque mallorquín que no creaba demasiado problemas a Pociello. Un falta botada por Ondina no pudo ser rematada por Gallo en inmejorable situación para adelantar a los ibicencos. En la jugada posterior Aarón, con el tiempo cumplido, batía a Pociello y diluía las ilusiones de una Peña Deportiva que sigue, con un mínimo retraso, el camino del Eivissa hacia Tercera División.

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