La auditoría sitúa la deuda en unos 40 millones de euros

Reunión del consejo asesor del Mallorca
Reunión del consejo asesor del Mallorca

Esta temporada se cerrará con unas pérdidas de doce millones y el club necesita una inversión mínima de veinte

R. CABOT / A.V. / M.F.T. PALMA. La situación del Real Mallorca es crítica. Salvada la temporada deportivamente, el objetivo ahora es «la supervivencia del club». Así lo confirmó Javier Cabotà, presidente del consejo asesor de la entidad tras la reunión mantenida ayer en las oficinas de Son Moix.
El Real Mallorca cerrará el actual ejercicio 2008/09 con una deuda acumulada de unos 40 millones de euros, al margen de que el resultado de la auditoría que el presidente Mateu Alemany encargó al hacerse cargo del club el pasado 15 de enero añada alguna sorpresa inesperada. Los números, que serán estudiados la próxima semana por el consejo de administración, son demoledores. Esta temporada se cerrará con unos 12 millones de pérdidas. El anterior propietario, Vicenç Grande -oficialmente todavía lo es hasta el próximo 30 de junio, en que se formalizará ante notario el traspaso de poderes-, dobló el pasivo del club en algo más de veinte millones en sus tres años al frente de la sociedad. Alemany abandonó la presidencia en 2005 con 18 millones de pérdidas.
«El Mallorca está en una situación económica difícil. Tenemos una necesidad urgente de encontrar una solución a este problema», explicó Cabotà. «El escenario ha mejorado, pero todavía el déficit es muy importante, alrededor de unos 30 millones de euros», señaló.
La auditoría realizada por el economista Luis Batlle refleja errores de gestión durante el mandato de Grande, pero no irregularidades. Sus últimos meses estuvieron marcados por una espiral de gastos incontrolados que agravaron la delicada situación del club. Se mejoraron sueldos y contratos sin justificación y detalles de ventas de futbolistas no se corresponden con la realidad. Se pagaron comisiones muy elevadas de traspasos.
Alemany consiguió el pasado febrero aplazar algunos de los pagos más urgentes, como por ejemplo la deuda de 16 millones con Hacienda. El Mallorca prevé pagar tres millones antes de que finalice la temporada y ofreció como garantía Son Bibiloni. También consiguió aplazar un pagaré con la Seguridad Social de 120.000 euros.
De momento, al que se interese por el club le cae una herencia poco halagüeña: una deuda próxima a los 40 millones que se puede paliar en parte mediante renegociaciones con acreedores y la venta de algunos jugadores. De ahí la cifra (30 millones) que señaló Cabotà y que el Mallorca ya tenga unas condiciones fijadas. «Consideramos que una ampliación de capital razonable sería de unos 20 millones de euros, para estar en una situación de tranquilidad. Es lo que creemos que debería poner una persona que quiera invertir en una opción de compra y después ampliar en 15 ó 20 millones», indicó.
Lo único cierto es que la situación «no puede seguir como hasta ahora». «Es imposible. En junio hay que tomar decisiones. La situación actual sería difícil mantenerla. Hay que tener en cuenta que el club se entregó prácticamente en concursal. No se está en una situación de quiebra, pero sí con un déficit enorme. No hay otra solución», sentenció Cabotà.

DIARIO DE MALLORCA

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