David Rochela, internacional deportivista en la Selección Española Sub-19 y titular indiscutible con el Fabril en Segunda División B a pesar de ser todavía un juvenil, nos muestra en primera persona cómo es un día en su vida, muy similar a la de otros 24 jóvenes futbolistas de las categorías inferiores blanquiazules que viven lejos de su familia en A Coruña, formándose como personas y como jugadores en el Real Club Deportivo.

El Real Club Deportivo, a través de su psicólogo Macario Bravo, controla que la vida de estos 24 chicos, que además de jugadores no dejan de ser adolescentes, procedentes de toda España (Catalunya, La Rioja, Cáceres, León y por supuesto de todos los rincones de Galicia), sea «lo más parecida posible a que si estuvieran en su casa». «Controlamos horarios de entrada y salida de la Residencia en donde están, por supuesto la asistencia a clase, sus notas… Estamos por ello en permanente contacto con sus familias», apunta.

El Club es muy estricto a la hora de exigir formación académica. «Les organizamos clases de apoyo en una Academia si vemos que las notas bajan e incluso hacen tareas en las aulas que tenemos en El Mundo del Fútbol antes de los entrenamientos», advierte Macario Bravo. Es más, se han dado caso incluso esta temporada de dar bajas a futbolistas «que no tenían un comportamiento adecuado. Lo mejor es que su conducta se le reconduzca con su familia. Alguno de ellos apuntaba que iba a ser un buen jugador. Ahí se sacrificó su faceta deportiva por la familia».

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