La lamentable temporada de la SE Eivissa ha sorprendido a un Joan Castillo que pretende «seguir en Segunda División B»
Tomás Sánchez Venzalá
Joan Castillo Tarrida (Barcelona, 23-08-80) es uno de los pocos jugadores que ha rayado a buen nivel en la catastrófica temporada de la SE Eivissa, culminada con el descenso a Tercera División. El central, que disfruta de sus vacaciones en la isla, lleva con los rojillos desde la campaña de ascenso a la categoría de bronce, pero su futuro está más fuera que dentro de la entidad ibicenca, pues reconoce que «en diez años» no ha «vivido nada igual», en referencia al esperpéntico ejercicio de la SE Eivissa, y pretende seguir en Segunda B. Eso sí, no descarta su continuidad.
-¿Cómo está su futuro?
-No hay nada decidido ni tampoco sé nada de clubes interesados, porque este tema lo lleva mi representante. De momento, no me ha informado de nada.
-¿Está dispuesto a involucrarse nuevamente en un proyecto de Tercera?
-Primero hay que solucionar las deudas de este año y, luego, ya veremos. En principio, me gustaría seguir en Segunda B, pero, si no sale nada apetecible, no me importaría seguir si hay un buen proyecto. De hecho, ya vine aquí para un proyecto serio de ese tipo y subimos. A ver si se sientan las bases, entran los inversores que tienen que entrar y se hace un buen equipo.
-El descenso ya lo habrá digerido completamente
-Sí. Ya llevábamos un tiempo en Liga en el que veíamos que cada vez era más difícil la salvación. Son cosas que pasan en el fútbol y no nos podemos hundir. Hay que mirar adelante.
-¿Cuál ha sido la clave para que todo haya salido tan mal?
-Yo llevo diez años en el fútbol y lo que me ha pasado aquí no me había pasado nunca. Ha sido un cúmulo de circunstancias en todos los ámbitos: deportivos y extradeportivos. Hubo muchos cambios de entrenador, sistemas nuevos, impagos, retrasos, jugadores que se marcharon en diciembre… Todo ha influido negativamente en el equipo.
-¿Los cambios de entrenador han pasado mucha factura?
-Se han notado. Cuando parecía que más o menos estábamos bien con Quique Yagüe, se marchó. No sé si tuvo problemas con la directiva o qué, pero al equipo le afectó, porque con él habíamos salido de ahí abajo. Luego vino Alfredo, que es un buen entrenador, pero se encontró al equipo ya de capa caída.
-¿Los jugadores que llegaron en diciembre mejoraron realmente lo que había?
-Se fueron jugadores importantes y contrastados en la categoría como Jonan y Germán, y la verdad es que los que vinieron no les sustituían porque no eran de sus mismas demarcaciones. Vino mucho centrocampista y, si algo había en esta plantilla, eran centrocampistas. Todo el año ha faltado gol y hombres de arriba. Al principio teníamos a Pisano, Julien y Javi Moreno, pero, entre lesiones y marchas, nos quedamos sólo con Pisano hasta que vino Diop. Un equipo de Segunda B tiene que tener tres o cuatro puntas para aspirar a algo o salvarse.
-¿Que usted fuera durante buena parte de la competición el máximo goleador del equipo era síntoma de que algo fallaba?
-Sí. Tú puedes tener una buena campaña a nivel goleador, pero si ves que un defensa es el máximo goleador y los que deben marcar llevan cifras inferiores es porque algo no funciona bien.
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