El primer paso para triunfar en el Barça es jugar en el Barça. Parece simple, pero no lo es. Para ello, existen dos posibilidades: haber crecido en la cantera o ser uno de los fichajes que se realizan cada temporada. Pero los jugadores que aprenden los automatismos del club en el fútbol base no surgen por generación espontánea, sino que, la gran mayoría, también llegan procedentes de otros clubs.
Y ahí está la primera gran criba para ser futbolista profesional vestido de blaugrana. El primer corte sin el que el resto de la historia es casi una utopía. Cómo el club nutre de jugadores a sus equipos inferiores es una de las claves del éxito del fútbol base. Y no existe una sola vía para ello, aunque todos y cada uno de esos nombres pasan, en algún momento, por la carpeta o el ordenador de Pep Boada, coordinador de los ‘scouters’ blaugrana.
Dos son las maneras de acabar fichando por el Barça. La primera, la casualidad; la segunda, que te vengan a buscar. Para la primera no existe receta, para la segunda, Pep Boada es el encargado de llevar a cabo un plan que se inicia sobre el mes de octubre y acaba cuando se completan todas y cada una de las plantillas del fútbol base. El primer paso es citarse con sus colaboradores para ver cuantos más partidos mejor de la cantera, una vez iniciada la competición. A partir de ahí, se valoran las deficiencias de cada equipo y se empieza a rastrear el mercado en busca de posiciones muy concretas. Los observadores de zona, repartidos por toda la geografía peninsular y el sur de Francia, se pasan horas y horas viendo partidos de fútbol base, a veces por recomendaciones que les llegan y, otras, por propia iniciativa. Si el futbolista en cuestión gusta, los observadores se ponen en contacto con Pep Boada, que viaja directamente para verle en directo o envía al técnico de su categoría, que es otro de los encargados de dar el visto bueno final.
El siguiente peldaño es viajar a Barcelona para pasar un par de días, entrenar con su posible futuro equipo y ver las instalaciones. Este desplazamiento nunca se realiza sin el consentimiento del club de procedencia, lo que, muchas veces, es un problema si el jugador pertenece a una entidad importante. Si sigue convenciendo rodeado de futbolistas de su calidad, ficha por el Barça. A partir de ahí, el trabajo es de formación.
Evidentemente, el club también controla todos y cada uno de los campeonatos de selecciones autonómicos, así como europeos o mundiales de fútbol base. Pese a ello, siempre intenta avanzarse antes de que el jugador llegue al gran público. Jugadores de otros continentes o países suelen ser más difíciles de captar.
Cada día reciben más de 30 ofertas
Al buzón de Pep Boada llega una media de unos 30 correos electrónicos ofreciendo futbolistas. Algunos de ellos son descartados de inmediato, aunque la mayoría pasan por el filtro de los observadores de zona porque nunca se da nada por sentado. Los vídeos, sobre todo de jugadores extranjeros, también son habituales.
SPORT.ES
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