Onofrio Barone, nacido en Palermo el 4 de julio de 1964, será el entrenador del Eivissa la próxima temporada. Por la mañana el club decidió presentar al técnico italiano y al director general deportivo Giuseppe Materazzi, todos ellos apadrinados por la presencia de Antonio Stina, a quien acompañaba Pedro Ortega. Nada nuevo que no se supiera desde hace tiempo y que ese tiempo, con su paso, se encarga de constatar.
Barone, cuyo curriculum como jugador o entrenador carece de brillo, estará auxiliado por Giovanni Gallo en la preparación de la plantilla del Eivissa que compita en Tercera División. Los pasos que quedan por dar en el proceso de transformación del equipo es poner cara a los integrantes de la plantilla, mayoritariamente italianos, habrá sitio para algún argentino y todos vestidos con equipaciones de Kappa.
Ortega explicó formar parte, en esta nueva etapa italianizada de la entidad, de un grupo de tabajo unido y que aprenderá de los errores del pasado para no repetirlos en el futuro.
En el presente, hoy, Antonio Stina enarboló la bandera de la profesionalidad exigiendo ese extremo a los periodistas que cubren la información del Eivissa. A Stina no le gustó que uno de ellos acudiera con un atuendo de verano al acto y lo censuró sin recato. El periodista se levantó y se fue.
Otro miembro del elenco de medios de comunicación que cubría la noticia preguntó por el presupuesto del Eivissa para la próxima temporada. La respuesta de Stina fue levantarse y abandonar el lugar de la rueda de prensa.
Los representantes de los diversos medios de comunicación ya han pulsado el aire que viene de Italia. Los socios y aficionados serán los siguientes.
Quien paga manda y Stina manda e instaura en el club una ley de la omertá muy propia de sus origenes, de su procedencia.
Pedro Ortega es el primero de la fila de watercarriers que completa el resto de la directiva del club.
Ya saben, Stina siempre te podrá decir adiós con aquella frase, «no es nada personal, sólo negocios».

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