Las oficinas del Eivissa en Can Misses fueron esta mañana escenario de un capítulo más de la dinámica del esperpento que rige la vida del club. Pedro Ortega, presidentede la entidad, se reunió con sus barones, Ibon Begoña, Andoni Valencia, Tolo Darder y Alberto Niño.
La reunión no sirvió absolutamente para nada. Solamente para vertir un cruce de acusaciones de la incompetencia de unos contra el mal hacer de otros. El equipo es de Regional. Está a un paso de la desaparición. Alguien tendría que dar explicaciones Sr. Ortega, nunca usted pensó llegar a tanto y el Eivissa a tan poco. A nada.
En lo único en que coinciden todos es en la incredulidad del desenlace vivido a la 01.06 horas de la madrugada. Ortega exigió a sus directivos tener la boca cerrada. No se pueden hacer declaraciones. En la web del club indicación explícita al responsable de marketing de no poner ni una nota aclaratoria, explicativa. Omertá de andar por casa.
La cacareada prórroga de las 14 horas de hoy no deja de ser una falacia más instigada desde un club instalado en la inexactitud permanente y el oscurantismo más absoluto que trata a sus socios y aficionados como a una manada de rungos.
El camino del dinero
La famosa transferencia enviada desde Italia para saldar las deudas del club no llega a Eivissa por razones técnico/bancarias/fiscales/legales. Transferir dinero de Italia al extranjero no es cuestión burocráticamente sencilla. Y dependiendo de qué cantidades las cortapisas trasalpinas son de grueso calado. El dinero que debía llegar a Eivissa, dinero de particular denominación y procedencia, debía pasar por una serie de trámites y países tan variopintos como Suiza, Alemania, Japón o Bahamas.
No es dudoso que el envío se hubiera efectuado, pero es cierto que no llegó. Y no menos cierto resulta que la AFE pusiese en tela de juicio el método de pago vertebrado por el club, por lo que determinó el descenso administrativo del Eivissa.
Los empleados a sueldo del club son plenamente conscientes de que no van a cobrar sus emolumentos y los jugadores que tienen contrato son perfectos conocedores de que tampoco van a percibir cantidad alguna, de la deuda acumulada, ni de lo que tienen firmado para esta incipiente temporada. La denuncia por impago no deja de ser un acto de fe infinita. Si el club desaparece, que desaparecerá, no hay a quien reclamar porque es un club deportivo. Pese al bozal empírico que les han puesto, no tienen recato en confesarlo abiertamente en sus círculos más personales.
En cuanto a los jugadores del equipo juvenil que logró el ascenso de brillante forma, es poco probable que puedan gozar de ese premio cuando el club debe pagar 96.000€ a la Federación para que tramite las fichas.
En el aire quedan un montón de preguntas y en el cerebro de Pedro Ortega las respuestas. Con la misma arrogancia que ha criticado a árbitros, jugadores, entrenadores, secretaros técnicos, empleados del club, prensa, socios y aficionados, dé cuenta a la opinión pública de lo que ha ocurrido. El por qué es público y notorio. Nunca usted, presidente, pensó llegar a tanto, ni el Eivissa a tan poco.
Juanjo F. de Oviedo
www.futbolpitiusoibiza.com
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