Que la Segunda División B es una categoría tan olvidada como interesante no es la primera vez que lo digo. Hace excasos días saltaba una desagradable noticia. Lo peor no es que varios clubes hayan descendido de Segunda B a Tercera División por su deudas, tampoco que la inmensa mayoría hayan “solucionado” sus problemas económicos a ultimísima hora, sino que la cara más amarga del fútbol ocupe en el plano balompédico nacional lo mismo que una verruga de Cristiano Ronaldo, es decir: nada.
La cruda realidad es que clubes que hasta hace dos días competían en Segunda División, como el Lorca, no han podido responder económicamente a sus jugadores y por culpa de eso tienen que preparar una temporada donde competirán en Tercera División, ocupando el lugar de su filial, que bajará a Preferente. Cada descenso de cada club que ha bajado de Segunda B a Tercera es algo más que una importante deuda, por pequeña que sea, a sus empleados. Conlleva la pérdida de categoría y en definitiva se tira de la peor manera el trabajo realizado durante mucho tiempo.
Me acuerdo de entidades como el Fuerteventura, que salió de la unión de dos clubes y su primer año en Segunda B fue un líder importante. El San Fernando o el Ciudad de Santiago, que con poco dinero y mucho esfuerzo han ascendido a la cateogría de bronce y ahora se les escapa el caramelo de una manera muy impotente. Qué decir del Lorca o del Mérida, que el primero nos regaló un entrenador magnífico siendo Unai Emery el artífice del ascenso a la división de plata y el segundo es otro histórico que ve como tiene que remontar el vuelo como ahora muy bien lo está haciendo el Real Oviedo. Por no hablar del Águilas, Linares, Ibiza…
En su día escribí sobre la posibilidad de ver fútbol de Segunda B en La2, como hace varios años que ocurriera. Además del apoyo de las televisiones locales o regionales a sus equipos no estaría nada mal seguir un fútbol más modesto en la segunda cadena pública, que además ayudaría económicamente a los equipos televisados. Un club que estuvo a punto de descender es el Orihuela, que finalmente ha cumplido con sus jugadores pero perderán por completo la recaudación televisiva. El panorama en Segunda B es desolador, sobre todo en estos tiempos, y a casi nadie parece importarle.
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