ANTONI OLIVA. PALMA. «Dejo el club en las mejores manos posibles», aseguró el viernes Mateu Alemany tras cerrar el acuerdo para la venta del 93,24 por ciento de sus acciones del Real Mallorca al grupo inversor que lidera Javier Martí Mingarro. Un propietario que tiene decidido convertir a los abogados mallorquines Tomeu Vidal y José María Lafuente Balle en baluartes y hombres claves del futuro de su proyecto.

Y es que si Tomeu Vidal ha resultado el eje de la larga y silenciosa operación de compra culminada el viernes, a José María Lafuente Balle se le reserva el papel de desarrollar la iniciativa que han empezado a diseñar los nuevos propietarios del Real Mallorca. «La estamos horneando», admitió ayer Vidal, tras despedir en el aeropuerto de Son Sant Joan a Javier Martí Mingarro, quien a última hora de la tarde regresó a Madrid.

Toda una personalidad

Hijo de un ilustre mallorquinista, José María Lafuente López, y con conocimiento del funcionamiento interno del club desde hace décadas, el abogado mallorquín José María Lafuente Balle se presenta como el primer candidato para tomar las riendas del Mallorca, en compañía de su nuevo apoderado general, Javier Martí Asensio –hijo del ahora propietario, Javier Martí Mingarro–.

José María Lafuente Balle, quien tiene pleno conocimiento de la función que le reservan los nuevos propietarios del Mallorca, es doctor en derecho, abogado en ejercicio y profesor titular de la Universitat de les Illes Balears. Además de profesional del derecho, es un hombre polifacético, con una importante implicación en la vida social mallorquina y uno de los responsables del bufete fundado por su padre en 1946.

Es un habitual de las tertulias radiofónicas de la isla, apasionado del mundo del arte y desde siempre ha demostrado inquietudes políticas. Las que le llevan a pertenecer al consejo político de Mallorca del PSIB-PSOE, en representación de la zona de Llevant de Palma.

FUENTE DIARIO DE MALLORCA