JAUME BAUZÀ. PALMA. El Real Mallorca ha vuelto a sacar del cajón la patata caliente del Lluís Sitjar. El presidente del club, Tomeu Vidal, se reunió ayer por espacio de media hora con el presidente de la Asociación de Copropietarios del estadio para buscar una salida al estado de degradación en la que ha quedado el campo del fútbol en el que el Mallorca jugó hasta 1999.
«La reunión ha servido para conocernos y repasar todo lo que concierne a este complejo asunto» dijo Vidal a este rotativo. Aguiló, por su parte, expresó su deseo de que con la nueva propiedad se llegue a una solución «definitiva. «Ha sido una primera toma de contacto. A ver si en esta nueva etapa damos una salida a este conflicto que lleva medio año estancado», explicó el presidente de los copropietarios.
«En una reunión que mantuvimos el año pasado, la alcaldesa [Aina Calvo] nos dijo que quería que aquella zona se transformara en un centro dinamizador de la ciudad y nos propuso que construyéramos un centro de ocio con cines y locales comerciales al estilo del complejo de Porto Pí. Nosotros lo vemos bien», indicó Aguiló.
Para el club, en cambio, este espinoso asunto se encuentra todavía en una fase embrionaria. «Es un asunto extremadamente complejo, tanto a nivel jurídico como económico. Esos terrenos son, junto a Son Bibiloni, el único patrimonio que tiene el Mallorca y hay que hacer algo, pero estamos hablando de una solución a largo plazo», explicó Tomeu Vidal.
La propiedad del campo de fútbol la comparten la Asociación de Copropietarios del Lluís Sitjar –con un 68% de los títulos– y el Real Mallorca, que posee el 32% restante. En total suman 666 títulos de las escrituras de un estadio que se levanta sobre 27.000 metros cuadrados en el barrio de Es Fortí.
Tanto el club como el colectivo de propietarios coinciden en decir que el Ayuntamiento debe llevar la iniciativa. Cort quiere parte de ese terreno para añadirlo al Parc de Sa Riera y levantar allí equipamientos deportivos. Los copropietarios y el Mallorca se repartirán el resto, pero esperan que el Ayuntamiento acceda a recalificar esos terrenos como de uso comercial para sacarles una rentabilidad.
«La alcaldesa nos tiene que decir cuántos metros quiere el Ayuntamiento. Esperemos que nos ceda una superfície mínima razonable para levantar un centro comercial. Si no es así, nos plantearíamos ir al juzgado o vendérselo todo a Cort», explicó Aguiló.
La reconversión del uso de los terrenos donde se levanta el Lluís Sitjar puede ser una operación muy rentable, tanto para los propietarios de los títulos como para la entidad bermellona. Javier Martí Asensio ha dicho en reiteradas ocasiones que la única manera de sanear el club es que sea autosuficiente desde el punto de vista económico y el Sitjar puede ser uno de los caminos para llegar a ese objetivo. Lo que no está claro es cómo el club podría afrontar parte de los gastos que suponen levantar un centro comercial.
DIARIO DE MALLORCA
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