Tomeu Vidal descarta que el Mallorca afronte ahora el problema del Lluís Sitjar y la supresión de las pistas de Son Moix.
JAUME BAUZÀ. Palma.
Tomeu Vidal (Palma, 1961) se encuentra muy cómodo sentado en el sillón presidencial del Real Mallorca. Se desenvuelve con soltura en su papel de representante de la entidad balear. Su rol en el club está muy bien definido: escuchar, preguntar y aconsejar. Pero sin poder de decisión. El abogado se puso el traje de diplomático en la entrevista que concedió ayer a DIARIO de MALLORCA. Habló de generalidades y evitó las concreciones, aunque en esta ocasión no se refugió en recursos literarios.
–?¿Le hubiera gustado tener poder ejecutivo en el club?
–?No me lo he planteado nunca, porque los presidentes del Mallorca que han tenido ese poder han arriesgado su dinero. Eso implica una posición económica que yo no he tenido nunca. El Mallorca se estructura sobre tres columnas: la propiedad, representada por Javier Martí Mingarro y que tiene una posición retirada y a la vez participativa; el consejero delegado, Javier Martí Asensio, que es la representacion y realización de la gestión del día a día; y un tercer pilar que es la representacion institucional, en este caso Tomeu Vidal. Nos pareció interesante hacerlo así desde el principio.
– ¿Puede llegar el día en el que la columna institucional representada por usted, sea absorbida por la ejecutiva que representa Martí Asensio?
–?No me lo he planteado. Ahora funcionamos de esta manera y si un día la propiedad decide funcionar de otra, lo hará.
–?¿Le molesta que se ponga siempre el acento en la faceta honorífica de su cargo?
– Tengo una lista de cuestiones que me preocupan tan larga que todavía no he llegado a ésta.
– ¿Cobra por su cargo?
–?No es un cargo retribuido.
– Pero la familia Martí Mingarro siguen siendo sus clientes.
– Tenemos una relación inicial. En mi condición de letrado me pidieron que les echara una mano desde el punto de vista jurídico para efectuar la compra. Dentro de esa relación, ellos consideraron oportuno que yo fuera el presidente.
–?¿Cuánto tiempo dedica al día a día del Mallorca?
–?Suelo ir a Son Moix hacia las nueve de la mañana y me voy a las dos del mediodía. Eso todos los días. Luego hay que tener en cuenta que el teléfono funciona las 24 horas, más el tiempo que dedico pensando.
– El Consejo de Administración se presentó recientemente a las instituciones de la isla. Oficialmente no les pidieron nada. ¿El Mallorca no tiene ninguna reivindicación?
–?Siempre hay pequeños problemas o intereses, pero a medio plazo. El día a día te gana. La situación económica del club es la que es y cada día hay que gestionar urgencias. Mi ilusión es que un día haya una institución capaz de sobrevivir al presidente, al entrenador y al propietario. Conseguir una estabilidad institucional. Porque cada año el Mallorca se juega si queda el doce, el quince o el dieciocho en la clasificación. Pero es que cuando acaba la temporada parece que todo se acaba, que el club está condenado a morir.
–?¿Esta propiedad va a desencallar el problema del Lluís Sitjar?
– No es un tema inmediato. A corto plazo no definiremos nada. Tuvimos un cambio de impresiones con el presidente de los copropietarios para conocer lo que se había hecho y aquí nos paramos.
–?Pero el presidente de los copropietarios sí tiene mucha prisa para encontrar una salida al problema del estadio.
–?Comprendo que tenga prisa. El Mallorca también, pero la realidad es la que manda. Es un tema a contemplar a medio plazo.
–?Entiendo que la supresión de las pistas de atletismo de Son Moix está en la misma situación.
– Es la misma posición. Son cosas que ahora no son prioritarias. Todo llegará, pero todavía estamos lejos.
– Incluyó en el Consejo de Administración a personas muy cercanas a usted. ¿Qué criterio se siguió?
– Que fuera gente más preparada que yo. Inicialmente se invitó a continuar a todos los consejeros de Mateu Alemany porque su gestión había sido extraordinaria. Siguieron dos –Miquel Vaquer y José Miguel García–, y ahora ha vuelto Luis Huerta, un eminente abogado que hizo una trabajo intachable en el traspaso de poderes.
– ¿Cómo vivió la crisis abierta entre Gregorio Manzano y Martí Asensio?
–?Lo vi con absoluta normalidad. Llegó una propiedad con el planteamiento de gestionar una situación económica difícil y para eso no se puede cometer la frivolidad de gastar mucho en fichajes. Los quince días que el consejero delegado tenía para fichar los tenía el entrenador para empezar la Liga. Todos estábamos nerviosos y por eso hubo roces.
–?El objetivo de Martí Asensio es eliminar la deuda en cuatro o cinco años. ¿Lo ve posible?
–?El planteamiento es reducir gasto fichando futbolistas en propiedad. Lo que se pretende es que al final de temporada haya movimiento de jugadores que ayude a generar ingresos. Soy optimista. Pero tenemos que acabar 2010 con una deuda ya reestructurada.
DIARIO DE MALLORCA
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