El equipo sanantoniense disfruta de su coliderato a la espera de viajar al campo del Independiente la próxima jornada. La Peña Deportiva sufre los rigores arbitrales en Montuïri y este fin de semana recibe al Arenal, que viene de caer goleado

GUSTAVO L. SIRVENT El Sant Rafel vive instalado en su particular nube. Un equipo recién ascendido y con el 97 por ciento de jugadores de la isla está viendo recompensado su trabajo sobre el césped. Seis capítulos del grupo XI de Tercera se narran con el equipo sanantoniense en puestos de cabeza. «Y que dure», deben pensar en el club. Sus números brillan entre clubes de mayor presupuesto económico y objetivos bien diferentes a los rafelers. Cuenta con 14 puntos cimentados en cuatro victorias y dos empates. Cobra más mérito si se profundiza hasta los goles encajados y materializados donde los ibicencos sólo han cogido el balón de su portería en dos ocasiones y han celebrado siete dianas. El Independiente, que cayó goleado en Santanyí, es el próximo en probar el ´hierro´ de los de Mario Ormaechea.

Donde todavía se escriben renglones torcidos es en la Peña Deportiva. El conjunto de Santa Eulària no ha encontrado su patrón de juego y, además, tiene que sufrir los rigores de arbitrajes más propios de coimas que de estadios de fútbol. Un ejemplo fue lo sucedido en Montuïri, donde los santaeulalienses se quedaron con dos hombres menos.

Sea como fuere, los de Luis Rueda habitan en mitad de la tabla y están a dos puntos de los puestos de promoción de ascenso. Ése es el mal menor para una plantilla confeccionada para empresas mayores, pero que no ha tenido un inicio como el que esperaban sus parroquianos. En estos casos, los nervios no son buenos compañeros de viaje y, de momento, en la Peña sigue reinando la cordura. Nadie ha alzado la voz porque confían en revertir una situación incómoda para ellos.

El bloque de la Villa del Río recibe este fin de semana al Arenal, que viene de caer goleado ante el Atlètic Balears (4-0).

DIARIO DE IBIZA