¿Estáis un poco locos, no?

A la mayoría de los árbitros, alguna vez nos han dicho esta frase, u otras similares. No lo dicen con el sentido mas peyorativo del termino, por supuesto, pero la realidad es que un arbitro (englobo aquí a otros deportes) no deja de ser ese personaje antipático, “que me robo tal partido, que no tiene ni idea, que no vale ni para coger el silbato,…” y así, como diría nuestro experto en latín particular, Nomar, ad infinitum.

Como podréis apreciar, he sido muy benévolo en las expresiones utilizadas, en realidad los epítetos que nos regalan, como bien sabéis, son mucho más contundentes. Eso sin contar la, tristemente, habitual agresión, que por rutinaria, a no ser que sea de gravedad para la integridad del arbitro, no trasciende mas allá de nuestro colectivo.

Si, por que cada semana, y esto lo escribo por si alguien que no es arbitro se lee este tocho, repito, CADA SEMANA, hay algún acto violento contra la persona que hace que PUEDAS PRACTICAR un deporte, con las debidas garantías, y sin que sea una selva sin ley. Piénsalo.

Pero, para ser sinceros, este mundo ha mejorado mucho, hay que reconocerlo. Y si no, mirar la entrevista de esta semana a Anselmo Martín Franco, todo un salto nostálgico a un arbitraje de épocas pretéritas, de hombres valientes con pasión verdadera por lo que hacían (no digo que ahora no la tengamos, ¿eh?), en tiempos realmente difíciles, Vamos con ello.

Para los árbitros más jóvenes, es el tío eternamente cabreao que da los partidos, y a la mínima te pega una bronca de padre y muy señor mió. Para los mas veteranos, que le conocemos mas, sabemos que mucho ruido y, al final, menos nueces.

ANSELMO MARTIN FRANCO

– Haber, sitúanos, ¿donde y cuando naciste?

Nací en Villaoliva de la Peña, Palencia, en 1946, y vine a vivir a Mallorca hace 43 años.

– Cuéntanos tus inicios arbítrales.

Bueno, en las fiestas de los pueblos se jugaban partidos de fútbol, no se porque me dijeron que probara. No lo debí hacer muy mal, porque se corrió la voz y me empezaron a llamar de todos los pueblos de alrededor. Finalmente llego a oídos de la delegación de Valladolid (en Palencia por aquel entonces no había), se pusieron en contacto conmigo y me colegiaron, era muy diferente a como es ahora.

– ¿Cuanto duró tu carrera y en que categoría llegaste a arbitrar?

En total en activo 30 años. Llegué a tercera, después de ocho años en preferente, y estuve 17 años en la categoría, ya que antes se subía mucho más despacio que ahora. De línea si hice bastantes partidos de primera división, me acuerdo de un Barça-Racing, At. Madrid-Valencia, y algún otro importante.

– ¿Cual es el partido que mejor recuerdo te trae?

El día de mi debut en tercera, un Portmany-Llosetense, con resultado de 0-1.

– ¿Y el peor?

Pues mira, el ultimo de mi carrera, un Manacor-Sta. Eulalia, que eran líder y colista respectivamente, pite dos penaltis a favor de los ibicencos, y antes del descanso hubo invasión de campo, y tuve que suspender el partido. Al trío arbitral nos tuvo que sacar la guardia civil. Fue toda una movida.

– Recuerdo hace poco, que estando informando un partido, también tuviste u incidente…

Fue hace un par de años, estaba haciendo un informe a un arbitro joven, y una señora que no estaba de acuerdo con el arbitraje, me reconoció, y ni corta ni perezosa me soltó un paraguazo en la espalda, como si yo tuviera la culpa de algo, y porque la calmaron. Ya ves hasta después de retirado cobré, jaja.

– A ver, ¿eres tan ogro como pareces? Que tienes a los jóvenes asustados…

Es mi forma de hablar, tengo un problema en las cuerdas vocales, y parece que, por ejemplo ahora que estamos hablando tranquilamente, si entra alguien por es puerta pensaría que estoy enfadado, pero no es así.

– Volvamos al pasado, es más fácil pitar ahora, ¿verdad?

No lo dudes, piensa que antes no existían las tarjetas, ¡pues imagínatelo! En ocasiones expulsabas a un jugador, de palabra, y no se quería ir, y no se iba. Claro, desde ese momento el partido quedaba suspendido, pero tenias que acabarlo para que no se produjeran incidentes con el público, y después hacerlo constar en acta. Esto ahora es impensable.

No teníamos medios de transporte, un taxi nos llevaba a los pueblos, nos iba dejando de ida, y nos recogía de vuelta, siempre llegábamos a casa a las doce o la una de la noche, y si había lío, mas tarde. ¡Si no éramos suficientes! Recuerdo que un equipo, para poder presentarse, tenia que, aparte de los jugadores, presentar un arbitro, y a los jugadores sancionados se les quitaba un partido de dicha sanción si el arbitraba otro. Ahora es mucho más fácil.

– Tus hijos han seguido tu ejemplo (Javier es línea de segunda y Raúl arbitro de tercera), ¿Eres critico con ellos?

Ahora ya no, pero te podrán contar que han llorado mas de una vez, siempre iba a verles con el cuaderno y le metía unos chorreos que no veas…Estoy orgulloso de los dos.

– Tú nombras los partidos de fútbol base, ¿te fijas en que árbitro envías a cada partido?

¡Por supuesto!, siempre tengo en cuenta la dificultad, la trascendencia, si hay antecedentes de incidentes, a cada partido intento enviar al arbitro adecuado.

– Cuéntanos alguna anécdota.

Tengo muchas, pero te contare una con Pedro Blaya Vivancos, que falleció hace unos días. Él era el árbitro y Lucio Rodríguez y yo linieres, el partido era España-Soller, y en la primera parte el partido era ingobernable y violento. En le descanso llamo a los delegados, entrenadores y capitanes, y delante de todos, se comió las tarjetas, que antes eran de papel, y dijo que a partir de ese momento solo había rojas. Efectivamente, en el primer minuto expulso a un jugador por bando, y a partir de ahí fue una balsa de aceite.

– Por ultimo, consejos para los que empiezan

Me gustaría pedir seriedad, esto es un hobby, y el trabajo y la familia son lo primero, pero si quieres ser árbitro adquieres un compromiso y hay unas normas que cumplir. Si no puedes pitar nadie te va a obligar, pero notifícalo con tiempo, es lo único que pido para facilitar mi trabajo.