Bep Joan Casasnovas Ciutadella

Las épocas boyantes de los clubes de Tercera División en Menorca forman parte de la historia. Aquellas entidades, otrora erguidas y hegemónicas en el mundillo del deporte insular, se han ido desvaneciendo por la incursión de otras disciplinas y categorías que han pedido paso en el escenario menorquín y por una crisis que, si bien pisa por doquier sin tener familiares ni amigos a su paso, salpica e hiere duramente las economías de los colectivos futbolísticos de la Tercera División.

Ni los presupuestos ni las posibilidades son las mismas que antaño cuando el fútbol balear tenía el aprecio económico de muchos y generosos sectores de la sociedad insular. No obstante, y pese al ‘demonio económico’ que devora presupuestos, el fútbol sigue anclado como un roble.

At. Ciutadella, CE Alaior, CE Ferreries y CE Mercadal viven una situación delicada y que sus respectivas juntas directivas gestionan al amparo de la esperanza, pero también de un loable esfuerzo.

Las previsiones actuales

Antoni Alzina, presidente del CE Alaior, es quien más expresa la complicada situación económica. “Cada día se nos hace más difícil gestionar el club. Cada día la cosa va a peor. Tememos que no podamos cubrir el presupuesto. Los ingresos nos han bajado mucho con la crisis, sobre un 40 por cien. Muchas firmas van reduciendo, incluso eliminado, la ayuda que nos concedían”. Con eso Alzina augura que “vamos a pasar muy mal los meses de enero y febrero”.

Por su parte, el CE Mercadal expresa cierto mensaje de esperanza no sin estar envuelto de dificultades máximas. Su presidente, Damià Torres, afirma que “tenemos la previsión hecha y calculada y esperamos y somos optimistas en que la completaremos como la fijamos. Así lo esperamos, aunque será con muchos, muchos esfuerzos. Los compromisos por los ingresos, esperamos que se cierren como pretendemos”.

En el seno del At. Ciutadella, Josep Oleo, su presidente, explicó recientemente, bajo un fino prisma de optimismo, que “estamos algo mejor que la pasada temporada”, cuando el club tocó fondo en todos los sentidos y aspectos. Eso no significa que las penurias en el ‘Sant Antoni’ sigan siendo el pan de cada día. El club bermellón se emplaza a final de año para atravesar la pendiente más acusada de esta temporada.

En cuanto al CE Ferreries, el hecho de afrontar la categoría en plena recesión ya le otorga mérito y coraje. Joan Martí, portavoz de la entidad blaugrana comenta que “ha sido teniendo que ajustar en lo máximo la previsiones. Del sector privado recibimos mucho menos de lo que nos llegaba. A pesar de que marcamos unas previsiones a principio de temporada, podemos esperar que exista una reducción de ingresos en el tema publicitario. Hay firmas que siempre nos han apoyado, pero puede que paren estas dotaciones ahora porque sus economías también les van mal. Caminamos con ese riesgo”. dijo el dirigente”.

Las deudas anteriores

De los cuatro clubes, dos de ellos arrastran deudas de la pasada temporada, lo que significa un lastre mayor en su andadura y esfuerzo. Conocida es la situación de débito del At. Ciutadella. La anterior deuda se prolonga y se funde en ésta en cuanto a varios jugadores.

En este sentido, y en lo concerniente a deudas a jugadores, el CE Alaior también las reconoce. Toni Alzina afirma que “hemos pagado parte a jugadores del año pasado. Ahora nos queda sólo un mes de deuda a 5 ó 6 jugadores de la pasada campaña.

Quienes llegan libres de esta carga en la presente temporada son el Ferreries y el CE Mercadal. Ninguno de los dos reconocen deuda anterior a jugadores. El Ferreries habla de “un ligero déficit, de la pasada campaña, pero sin importancia y que no afecta a débito a jugadores”, dice Martí.

Las masas sociales

Uno de los indicadores que marcan claramente el descenso en la apuesta por el fútbol son sus socios. Lustros o décadas atrás los abonados a los equipos de Tercera proporcionaba un precioso y atractivo entorno social en los campos de fútbol. El índice social actual no da lugar a debate alguno en este sentido.

El At. Ciutadella ha perdido un gran números de socios respecto a sus periodos más laureados. Incluso la pasada campaña ni se pudo concretar el número de afiliados.

El descenso de socios en el CE Alaior es otra prueba fehaciente. Los Pinos, recinto espectacular en la aglomeración futbolística años atrás, suma ahora algo más de 200 socios, según su presidente. Y una cifra muy similar ocurre en Sant Martí de Es Mercadal, que a pesar de la novedad por la conquistada categoría balear, los abonados rojiblancos rondan los 250, según el presidente Torres.

El porcentaje más alto de fidelidad se ubica en el club de Ferreries. El club blaugrana cuenta con 350 socios, a pesar de haber acusado un descenso respecto a los años de oro del club.

Mensualidades razonables

Las obligadas medidas de restricción económica afecta de pleno a la partida de gastos más alta que suelen tener los clubes: los pagos a la plantilla. Aquellas nóminas suculentas de antaño ya no existen. La Tercera División menorquina destina cantidades más razonables, fruto de la situación.

Así, el CE Alaior destina una media de entre 450 y 500 euros de media por jugador, según Toni Alzina. En Es Mercadal, el club hace frente a unos 7.500-8.000 euros mensuales para pagar a los jugadores, según apunta Damià Torres, lo que daría una media de unos 400 euros por efectivo.

Josep Oleo, máximo mandatario bermellón, dijo que los foráneos del equipo cobran 500 euros, que incluye su manutención, mientras que los jugadores locales reciben 150 euros. Unas compensaciones muy ajustadas por mor de la precaria economía bermellona.

Más cauto en las nóminas es el Ferreries, quien otorga una media de unos 350 euros por jugador de la primera plantilla.

DIARIO DE MENORCA