Álex Ezequiel y Lucas Maximiliano, de nacionalidad argentina, son dos de los afectados por la normativa de la Federación Internacional de Fútbol que les impide practicar su deporte favorito al no disponer del Número de Identificación de Extranjeros.
Ahora se dedican a entrenar con sus respectivos equipos, el Sant Carles benjamín y el Formentera cadete, a la espera de que se desbloquee una situación que no entienden.
IBIZA | PACO MURILLO «Queremos jugar». Ése es el grito que entonaron ayer Álex Ezequiel Cordero y Lucas Maximiliano Quevedo, futbolistas que se han visto afectados por la normativa que está aplicando la Federación de Fútbol de las Illes Balears (FFIB) de impedir disputar los campeonatos oficiales a aquellos extranjeros que no dispongan del NIE, su número identificativo equivalente al Documento Nacional de Identidad (DNI).
La medida, que es una aplicación del reglamento establecido por la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), ha dejado a ambos sin su gran pasión. Sin embargo, los dos se siguen entrenando a la espera de que se solucione el problema. Son sólo unos niños que no entienden por qué un simple número, una cifra y un papel les impide practicar deporte. Sobre todo teniendo en cuenta que hasta hace no mucho se les había permitido jugar, sin tanta burocracia de por medio.
Álex Ezequiel Cordero es argentino y tiene sólo diez años. Llegó a Eivissa hace cinco, junto a sus padres Patricia Muñoz y Juan Cordero. Residen en el municipio de Santa Eulària y el chico va al colegio, como uno más. Cuando acaba las clases en el CP Venda d´Arabí su gran distracción es el fútbol, que actualmente lo practica en el Sant Carles, en el que lleva tres años y con el que juega en el equipo de benjamín B.
Siempre ha disfrutado de minutos, pero empezaba a ser titular en los partidos. Sin embargo, ahora tendrá que ver los encuentros desde la grada: «No me gusta lo que está pasando porque mi gran ilusión es jugar a fútbol». Como muchos otros niños de su edad, sueña con ser algún día uno de los grandes, como Leo Messi, jugador del FC Barcelona del que se declara fiel admirador.
A pesar de su corta edad, Álex Ezequiel es muy consciente del motivo por el que no le dejan jugar a fútbol. Sus padres se lo han explicado claramente y no han querido engañarle. Él únicamente se resigna, a la espera de que todo vuelva a ser como antes: «Es una lástima que no pueda practicar mi deporte favorito», declaró ayer durante una pausa del entrenamiento con su equipo. Sus compañeros, curiosos, preguntaban a su entrenador, Ángel García, cuál era el motivo de la visita de un periodista.
Por el momento, Álex Ezequiel se entrena tres días a la semana con el resto de sus compañeros, pero si continúa esta situación es muy probable que deje de hacerlo, lo que significaría también abandonar la práctica del fútbol. Así lo manifestó su madre: «Si no puede jugar los partidos los fines de semana no lo llevaré a los entrenamientos porque es una criatura y sufre».
Los padres de Álex Ezequiel están buscando la fórmula para que a su hijo le dejen jugar a fútbol y critican duramente lo que está pasando: «Es sólo un niño y creo que todo esto es discriminatorio», aseguró Patricia Muñoz.
En la misma situación de desamparo está Lucas Maximiliano Quevedo, un argentino de 13 años y que reside en Formentera desde hace tres años. Su pasión por el fútbol le llevó a fichar por el club de la pitiusa menor, con el que está desde que llegó a la isla. Antes estuvo jugando en Argentina y hasta ahora lo hacía con normalidad también con el Formentera cadete a pesar de estar en edad infantil. Sin el NIE en su poder, tiene totalmente cerradas las puertas del fútbol federado.
«Nos entristece que no pueda jugar porque es el único deporte que le gusta. Sería una lástima que finalmente no lo pueda practicar», manifestó su madre, Alicia Ávila. El chico afirmó que se lo tomó «muy mal» cuando se enteró de que no podría jugar hasta que no se regularizase su situación. «De todas formas, sigo entrenando a la espera de que todo esto se arregle, pero es una verdadera lástima», dijo Lucas Maximiliano. Igual que su compatriota Álex Ezequiel quiere emular algún día a Leo Messi.
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