Tomeu Maura

Este martes leeréis en El Mundo la primera parte del estado financiero del Mallorca a 30 de junio de 2009. Es decir, según la última auditoría aprobada por la Junta General de Accionistas el pasado 19 de febrero, y que desde ayer está en mis manos.

Los números son aterradores. Os he incluído la fotocopia en la que veis el total de la deuda bruta, que asciende a 82 millones de euros. Esa no es la deuda real. La deuda real se obtiene restando el dinero que a su vez le deben al Mallorca, y que 30 de junio eran 32 millones. En definitiva, la deuda neta era de 48 millones a 30 de junio de 2009. Asumiendo que este año se van a perder entre 10 y 15 millones, en realidad estamos por encima de los 60.

Dado que el club presentó recursos propios negativos por casi cinco millones de euros, se encuentra formalmente en estado de disolución. No os preocupéis por eso porque Alemany paró el golpe con habilidad declarando a la entidad insolvente, y con ello, además, él no tiene que hacer frente a la obligada ampliación de capital. Sin embargo, sólo es un parche. Esta auditoría demuestra que el Mallorca no puede escaparse del concurso de acreedores, salvo que alguien compre las acciones, y viendo este panorama…

Ahora bien, la pregunta clave: ¿cómo hemos llegado a esta situación? La respuesta la encontramos en la auditoría. En la temporada 2008-09 el Mallorca pagó en salarios más de 26 millones de euros. Teniendo en cuenta que su cifra de negocios (lo que ingresa) está en poco más de 27, no resulta difícil deducir que ahí radica la raiz del problema. Sueldos como los de Manzano (1,8 millones), Aduriz (1,5 millones), Webó (1 millón), Varela (950.000 euros) o Martí (855.000 euros) han llevado al club al borde de la quiebra.

FUTBOLCONSULTORIO.COM