El futuro del Mallorca comienza a definirse. Mateu Alemany, actual propietario, y Llorenç Serra Ferrer, interesado en adquirir el club, se reunieron la semana pasada en un restaurante palmesano, en donde estuvieron acercando posturas y definiendo las pautas a seguir para el proceso de compra-venta de la entidad.

Después del fiasco –y casi ridículo nacional– de la negociación con Carlos González y la ulterior venta a la familia Martí Mingarro, que acabó con el retorno del Mallorca a manos de Alemany, el objetivo del propietario es vender su mayoría accionarial (el 93 por ciento) a un grupo mallorquín, como anunció en rueda de prensa el pasado 3 de febrero y en la carta enviada a los socios del club. Además, quiere concretar la operación a finales de Liga y cerrarla, si es posible, a principios del mes de junio.

Por su parte, Llorenç Serra Ferrer sigue interesado en hacerse con el Mallorca. El técnico pobler cuenta con un grupo de empresarios que le respaldan y ahora sólo queda por concretar la operación con el actual dueño.

La negociación se prevé complicada, entre otras cosas porque ya no entra en juego sólo el aspecto económico. En julio de 2009, Alemany rechazó la oferta (3´5 millones de euros) del grupo encabezado por Serra Ferrer. Entonces, el andritxol tuvo duras palabras para el pobler y sus empresarios mallorquines. La relación entre ambos, tras preferir Alemany vender el club primero a González –operación que no llegó a concretarse– y después a los Martí Mingarro, fue tensa durante varios meses.

Una reunión a mediados de diciembre permitió limar asperezas, personales y profesionales. Mateu Alemany pidió a Serra Ferrer empezar de cero y le invitó a negociar de nuevo si aún estaba interesado y tenía respaldo económico. El técnico pobler ha madurado la idea y ha retomado contactos durante estos meses para asegurarse de que está en disposición de acometer la compra del club, que en los próximos meses entrará en concurso de acreedores.

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