Alemany baraja las propuestas de un grupo catalán, un madrileño, un inglés y un suizo.
A partir del mes de junio Mateu Alemany comenzará a valorar las ofertas de compra de las que dispone y que, según lo ya manifestado en repetidas ocasiones, aplazó hasta la finalización del campeonato de Liga. En concreto el propietario del Mallorca tiene sobre la mesa cuatra proposiciones de distinto calado y procedencia que atenderá en función de la financiación de cada uno de los proyectos o, lo que es lo mismo, su respaldo económico, así como la solidez social y deportiva que puedan garantizar.
Sobre la mesa del consejero delegado hay cuatro peticiones tanto de grupos españoles como extranjeros, pero ninguno mallorquín como, tal y como expresó el pasado martes en rueda de prensa, sería su prioridad. De momento solamente han pasado la primera criba un grupo empresarial catalán, nada que ver con los Juanola-Batalla, otro madrileño, un grupo financiero suizo y otro británico. Las conversaciones con cada uno de ellos se iniciarán en breve y se intensificarán hasta el punto de que la contratación del entrenador que sustituirá a Gregorio Manzano al frente del primer equipo pasa a un segundo plano ante la posibilidad de que esta decisión sea prerrogativa del nuevo o nuevos propietarios.
Aunque no es fácil que los candidatos reúnan las exigentes condiciones impuestas por Alemany para desprenderse de sus títulos de propiedad, tampoco parece muy probable que el hombre que ha dedicado al Mallorca casi veinte de años de su vida y ha tenido que regresar dos veces tras los fiascos de las gestiones de Vicenç Grande y la familia Martí Mingarro, desee continuar al frente del club. Por el contrario, en su entorno más cercano y familiar se repite con perseverancia que no debió aceptar su regreso y que no reúne patrimonio suficiente para liderar una empresa de estas características. Mateu Alemany volvió al Mallorca en enero de 2009 a instancias de los administradores concursales del Grup Drac, comprometiendo un millón y medio de euros y en la confianza de poder vender el club en el plazo de un año. El equipo salió milagrosamente de los puestos de descenso que ocupaba y terminó la Liga más que dignamente, pero fracasó la venta.
Ni la opción de un grupo liderado por el entrenador de sa Pobla, Llorenç Serra Ferrer, ni la del empresario madrileño Carlos González llegaron a buen puerto por diferentes circunstancias. Con el primero no hubo acuerdo económico y el segundo no inspiró confianza en el último momento. Cuando parecían haberse agotado las ofertas, apareció la familia Martí Mingarro que, al poco tiempo, dejó de cumplir lo pactado, Alemany recuperó el club y demandó a Javier Martí Mingarro y Javier Martí Asensio en una causa que sigue su curso en los Tribunales. Ahora se ha abierto de nuevo la veda y el actual máximo accionista tiene decidido, si puede, dejar el Mallorca para no volver jamás.
diariodemallorca
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