Llorenç Serra Ferrer vuelve a la carga. El entrenador pobler, que el pasado verano ya encabezó un grupo interesado en comprar el Mallorca, vuelve a estar relacionado con el futuro de la entidad. Una de las condiciones que ha exigido Serra a Mateu Alemany es que éste deje el club limpio para poder reconstruirlo en todas sus parcelas, especialmente en el área deportiva, que sería su destino como manager general.

Así, el técnico mallorquín le ha pedido al propietario, además de la entrada del club en concurso de acreedores -la documentación se entregará el próximo lunes al Juzgado de lo Mercantil número 2 de Palma- una limpieza total en el área deportiva.

Este deseo es imposible si el todavía máximo responsable de esta área, Fernando Pons Niza y su séquito de colaboradores, se mantienen en el cargo. Serra y Pons son incompatibles bajo el mismo escudo y Alemany es consciente de esta realidad. Paralelamente a estas negociaciones, el ex entrenador y actual empresario de hostelería, sigue buscando apoyos financieros para acometer la compra de las acciones que posee el abogado andritxol.

Cabe recordar que hace unos meses, Mateu Alemany y Serra Ferrer limaron asperezas después de lo sucedido durante el pasado verano, cuando no alcanzaron un acuerdo tras de varios meses de negociaciones. Ambos trataron de recuperar el contacto y cerrar las heridas que provocaron las frustradas negociaciones por la compraventa del club balear en julio pasado. Ahora, exactamente un año después, tanto el propietario del Mallorca como el entrenador pobler vuelven a estar en el mismo sitio.

En aquella ocasión, un grupo de empresarios locales delegó en el entrenador pobler la compra del Mallorca. El técnico fue elegido para iniciar las negociaciones con Mateu Alemany.

Tras meses de intensas conversaciones, a comienzos de julio el propietario de la SAD balear anunció un acuerdo con el empresario Carlos González, aunque le concedió siete días de plazo al grupo encabezado por Serra Ferrer para que igualara la oferta. Días más tarde, el abogado andritxol se entrevistó con Gabriel Cerdà, uno de los socios de Serra Ferrer, para exponer sus condiciones. El presidente y propietario de la SAD balear rechazó una oferta de 3’5 millones de euros y exigió 5.

Finalmente, el 8 de julio, las dos partes se despidieron entre reproches tras no alcanzar un acuerdo. El grupo de empresarios mallorquines se mantuvo firme en su oferta inicial (3’5 millones) y decidió desistir en su deseo de adquirir el club, una circunstancia que provocó la dura respuesta de Mateu Alemany.

Consciente del error que supuso la venta a la familia Martí Mingarro, Alemany no quiere volver a equivocarse. Vender al grupo que encabeza Serra Ferrer se antoja como la mejor opción para rectificar. Las negociaciones invitan al optimismo, aunque el propietario debe cumplir con las exigencias del pobler, que desea un club limpio para poder reedificar la entidad y empezar desde cero. En su proyecto no cabe la figura de Nando Pons y su séquito.

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