Los entrenadores de los cuatro equipos finalistas de la Copa de S. M. la Reina consideran «positivo» y «un paso adelante en favor del fútbol femenino» la nueva fórmula de competición, por primera vez cuatro equipos en una única sede -la localidad vizcaína de Basauri- y con televisión en directo para celebrar el fin de fiesta de la temporada. «Sin duda es una motivación extra para todos, sobre todo para las jugadoras», señala Xavi Llorens, preparador del FC Barcelona, quien destaca además que «el hecho de disputar las semifinales a partido único te ofrece más opciones que a dos, tienes la posibilidad de sorprender al rival. El nuevo formato me gusta mucho, pero sobre todo gusta a mis jugadoras, que están muy ilusionadas con el torneo».

En la misma línea se expresa Óscar Aja, técnico de un Espanyol que defiende el título conquistado en Zaragoza la pasada temporada. «A nivel competitivo sin duda es un evento extraordinario. Un torneo así en una Final a Cuatro llama mucho la atención y supone potenciar el fútbol femenino, que prácticamente se dará cita en Basauri en su totalidad». Especialmente atractivo -apunta Laura Torvisco, titular del banquillo del Torrejón- «es la posibilidad de disfrutar de una importante cobertura televisiva y el hecho de que, al disputarse en una única sede, los cuatro equipos convivan durante varios días», factor en el que coincide con Pedro Martínez Losa, su colega en el Rayo Vallecano, para quien «esta convivencia es importante. El torneo es muy atractivo y todos, incluidos los organizadores, tenemos interés en hacerlo muy bien porque vamos a centrar de alguna forma la atención».

Sin embargo, no todo es color rosa. La condición de aficionado del fútbol femenino conlleva algunos problemas a nivel personal «ya que aquí todos somos amateurs y tenemos nuestros trabajos, en los cuales hay que pedir permisos para desplazarse tantos días, o las jugadoras están de exámenes», señala Aja. «Nosotros -añade Laura Torvisco- hemos tenido problemas para contar con algunas futbolistas. Tuvimos que escribir cartas a sus empresas para que les diesen los días libres, evidentemente descontándoselos de su salario, así que a algunas les cuesta dinero jugar la final».

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