Mateu Alemany contiene la respiración mientras espera los resultados de la auditoría de las cuentas del Real Mallorca que un equipo de abogados y economistas están analizando por orden de Llorenç Serra Ferrer. Ochenta millones de euros de pasivo marca la línea roja que el pobler no va a traspasar, tal como adelantó el pasado sábado este diario. Y Alemany no puede permitirse que la venta de sus acciones a Serra Ferrer vuelva a saltar por los aires.
El andritxol sueña con el día en que pueda verse libre de una pesada carga que asumió en enero de 2009. Alemany asumió el control de la entidad para pilotar la que debía ser una breve transición hacia una propiedad estable, pero debido a las circunstancias –la frustrada venta al pobler el pasado verano y el desastroso paso por el club de la familia Martí Mingarro–?su mandato se ha prolongado mucho más de lo previsto inicialmente.
El todavía propietario informó a mediados del mes de mayo que el pasivo del club ascendía a setenta millones de euros. Si los resultados de la auditoría corroboran esta cifra Serra Ferrer asumirá el control del club; pero en la institución bermellona se respira una cierta intranquilidad por si los auditores descubren alguna sorpresa desagradable.
Nadie en el club da por hecha la venta y no se creerán el desembarco del pobler hasta que haya un acuerdo de compraventa «firmado», tal como recordó hace unos días el presidente de la institución, Miquel Vaquer.
Los responsables de la entidad balear, con Alemany a la cabeza, esperan con los brazos abiertos al ex técnico del Mallorca y Barcelona, pero el recuerdo de su portazo el pasado verano todavía está fresco en el recuerdo. «Parecía todo hecho y al final se rompió. Yo no me fío hasta que firmen», comenta un dirigente del club. En aquella ocasión una mínima diferencia de medio millón de euros en el precio del paquete accionarial de Alemany frustró una operación que dio paso a una fragilidad institucional que todavía perdura en la actualidad.
En cualquier caso, Serra Ferrer es a día de hoy la única opción realista para hacerse con el control del club. El andritxol ha apostado fuerte por el pobler y, en caso de que se produzca un nuevo fracaso, seguirá al frente del club con toda probabilidad. El reducido grupo de empresarios que han mostrado un interés más o menos formal por comprar el club no son depositarios de la confianza del vigente propietario y el tiempo para negociar se acaba.
diariodemallorca
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