El fichaje de Servera por el Sevilla amplía a tres la nómina de licenciados en INEF con Albertí en Santander y Alomar en Mallorca.
M. FERNÁNDEZ. PALMA. El fútbol mallorquín no para de crecer. En todos los ámbitos. Desde hace más de una década se ha convertido en habitual ver salir de la isla a jugadores y técnicos con la aspiración de hacerse un hueco en el balompié nacional. Pero no son los únicos, la escuela mallorquina de preparadores físicos también empieza a crearse un espacio en una de las mejores Ligas del mundo. Pau Albertí, Toni Servera y Pep Alomar son en estos momentos los encargados de controlar el estado de los futbolistas del Racing de Santander, Sevilla y Mallorca.
No es casualidad que estos tres licenciados trabajen en equipos tan relevantes. Su trayectoria les avala desde que iniciaron su camino en el Mallorca.
El primero en aportar sus conocimientos en el Mallorca y desde ahí ampliar sus horizontes al fútbol nacional e internacional fue Pep Alomar, de 43 años. Siempre acompañando a Llorenç Serra Ferrer, se encargó después de la preparación física en el Betis –en varias de las mejores temporadas de los verdiblancos– y en el Barça. También estuvo en el Aris de Salónica griego. Cuando el técnico pobler no tuvo trabajo en los últimos años fue el coordinador de la cantera del Poblense. Ahora es el preparador físico del primer equipo del Mallorca y también realiza funciones de coordinación de la cantera.
El último en salir
Toni Servera (a punto de cumplir 38 años) es el que menos currículum profesional presenta. Sólo ha pertenecido al Mallorca, aunque su experiencia es indiscutible. Desgraciadamente para él, quien más le conoce es el colectivo arbitral, ya que presenta una hoja de expulsiones inusualmente extensa para un preparador físico. Ganó la Copa del Rey en 2003 y ha sido el hombre de confianza de Gregorio Manzano en los cinco años que ha permanecido el jienense en Mallorca en su segunda etapa y ahora se lo ha llevado al Sevilla, en la que es su primera experiencia fuera de la isla. El pasado lunes dirigió su primer entrenamiento.
El caso de Pau Albertí (45 años) es singular. Era preparador físico del primer equipo del Mallorca en la temporada 95-96, en Segunda, cuando fue ´despedido´ por el entonces técnico, Víctor Muñoz –que tenía como ayudante a Pichi Alonso– por «falta de confianza». Se quedó en el club e incluso volvió a la primera plantilla. Tras unos años, se fue al San Francisco juvenil. Le recuperó Juan Ramón López Caro, con el que coincidió en el filial rojillo, que se lo llevó al filial del Real Madrid; después ascendió al primer equipo blanco con el técnico.
Tras salir del Madrid, se fue con el mismo técnico sevillano al Levante (06-07) y luego al Celta (07-08). Dos experiencias no muy positivas que le hicieron cambiar de aires: se marchó al Al-Ittihad de Arabia Saudí con el técnico argentino Gabriel Calderón (08-09). Regresó a casa y firmó la temporada pasada por el Atlético Baleares, hasta que le llamó Miguel Angel Portugal –al que conoció cuando se encargaba de la cantera del Real Madrid– para que le acompañara al Racing de Santander. Allí sigue.
El curioso caso de Cédric Thyus
Un caso más que curioso es el de Cedric Thyus. El preparador físico mallorquín se marchó este verano al Vaslui rumano, para acompañar a Juan Ramón López Caro, al que conoció cuando ambos trabajaban en el Mallorca y con el que también coincidió durante su etapa en la cantera del Real Madrid: el técnico sevillano como entrenador del filial y Thyus como responsable de una de las escuelas del club blanco en México. Desgraciadamente, su estancia en Rumanía no ha sido agradable.
Diario de Mallorca
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