El FC Barcelona no pasó del empate contra el RCD Mallorca, dejándose otros dos puntos en su estadio. Mal arranque en el Camp Nou, donde apenas suman 4 de los 9 puntos que han disputado, una renta muy deficiente para un equipo con sus aspiraciones. A la baja del exhausto Xavi hay que unir la no participación de dos titulares como Puyol y Busquets. Lo del capitán no es de extrañar, pues Guardiola ya viene dándole descansos con cierta asiduidad, pero la baja de El Quitanieves quizá debió haber sido aplazado atendiendo a la carencia del Seis. Mascherano ha venido a picar piedra siempre que le den la oportunidad y, aunque no ha estado mal, la diferencia entre el rigor táctico entre Sergio y El Jefecito se nota en el campo.
A pesar de las ausencias, el Barça no tuvo problemas para convertirse en el amo y señor de la pelota durante todo el primer tiempo —llegando a un 90% de posesión cuando ya se sobrepasaba el cuarto de hora—. Iniesta estuvo ominpresente y se le vio sorprendentemente cómodo adoptando un rol, el de Xavi, que hacía mucho que no interpretaba. El Barça imprimió velocidad a la pelota y la movió con el criterio que no encontró en Kazan, por lo que Martí, Víctor y De Guzmán se las vieron y se las desearon para seguir el ritmo de su rival. En una de las muchas veces que los blaugrana sacaron la escuadra y el cartabón, acabaron tejiendo una combinación perfecta que Messi enmarcó mandando el balón a la red defendida por Auoate.
La posesión blaugrana se tradujo en una multitud de ocasiones en la primera parte —14 tiros, 6 de ellos entre los tres palos— pero el Barça tiene un problema con las porterías. Doble, en realidad: la dificultad que tiene para traducir sus oportunidades en gol es inversamente proporcional a la facilidad con la que sus rivales consiguen hacerle daño. Como ya venimos comentando anteriormente, la zaga blaugrana tiene problemas para correr hacia atrás y da más sensación de debilidad que nunca a la hora de defenderse de los contraataques. La jugada previa al gol fue así y el tanto llegó en otra de sus debilidades, el juego a balón parado, suerte en la que no cuentan los millones ni las medallas. Prueba de ello es que Piqué y Milito se vieron superados por un Sub21 como Nsue en el gol que le valió el empate a los baleares. El central catalán está teniendo un comienzo de temporada irregular, con actuaciones a la altura de su apodo y otras bastante por debajo de ese nivel, mientras que el argentino tampoco está dando muestras de merecerse más confianza de la que tiene, con problemas de posición y elección.
En la segunda parte el Barça perdió el ritmo y el criterio en la medida que desapareció Iniesta, tan participativo en el primer tiempo como insustancial en el segundo. El primer tiro a puerta blaugrana no llegó hasta pasados treinta minutos, con un tiro al palo de Bojan, un jugador cuyas ganas y esfuerzo no se están viendo traducidas en prácticamente nada. Y Pedro, al que el año pasado le entraba todo, este año está fallón a más no poder. El acierto de cara a puerta es algo que viene y va; el problema está en que los jugadores del Barça aprovechan un porcentaje muy bajo de sus opciones de tiro (de ello hablaremos largo y tendido en un futuro post). Los blaugrana no retomaron la senda del tiro a puerta hasta que el reloj les empujó a ello y a esas alturas de la película, atendiendo al acierto mostrado en este inicio de temporada, el final era predecible.
El Mallorca, que no iba al Camp Nou a defenderse, acabó haciendo más o menos lo mismo que todos: retrasar posiciones ante el apabullante control del balón blaugrana y encomendarse a un portero tan ágil de reflejos como perro viejo en las pérdidas de tiempo. El mismo Laudrup reconoció que les había acompañado la suerte pero también sacó pecho —con toda la razón y el derecho del mundo— en relación a que su equipo ha sido capaz de resistir a los dos grandes, sumando estas tablas a las que estableció con el Madrid en la primera jornada. El trabajo del ex Dream Team en Palma está siendo más que meritorio: no olvidemos que los bermellones han perdido a dos piezas tan importantes como Aduriz y Borja Valero —este último fue, a mi entender, el jugador revelación de la campaña pasada—.
El problema que tienen bastantes jugadores blaugranas con el cansancio acumulado seguirá estando ahí, pues al fin y al cabo las piezas más importantes son las más usadas y éstas no tendrán mucho descanso debido a sus obligaciones con sus respectivas selecciones. Así que todo lo más que puede hacer Guardiola es sacar conclusiones, montar vídeos y esperar que sus jugadores vuelvan para encarar un Octubre en el que aún deberán recibir en su estadio a Valencia, Copenhague y Sevilla. El Mallorca se queda en la 9ª posición, a sólo dos puntos de los puestos europeos y cuatro por encima de los de descenso. Por su parte, el Barça cae hasta la 4ª plaza, un punto por debajo del Real Madrid y a tres del líder, el Valencia.
Notas de Fútbol
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