La árbitro extremeña Inmaculada Vinagre Ramos, de 24 años, se vio obligada a suspender el partido de fútbol de la jornada pasada entre los equipos Higuera y el Tentudía, del Grupo Segundo de Primera Regional, por el lenguaje y comportamiento «sexista» de algunos de los jugadores del equipo visitante.
En concreto, entre otros «insultos», esta joven se siente «humillada» por los comentarios de un jugador del equipo del Tentudía, que llevaba el dorsal número dos y que fue el detonante de la conclusión anticipada del partido en el minuto 72. «Se dirigió a mí diciéndome: árbitro ¿que pasa, que no te han dado bacalao anoche?», según ha precisado Inmaculada a Europa Press Televisión.
Este comentario que le hizo sentirse «humillada» ante el público y el resto de jugadores quedó registrado de su propio puño y letra en el acta de este partido, celebrado el pasado fin de semana en la localidad pacense de Higuera de Vargas.
«En ese momento pensé que se me venía el mundo encima porque nunca había recibido de parte de nadie» este trato, según ha argumentado con preocupación. «No me lo esperaba para nada y creo que no actuó correctamente, además, que lo más importante es que me humilló en el campo, delante de tantos jugadores y espectadores, y en este caso, casi todo era público masculino, claro», continúa relatando.
Añade que minutos antes de la suspensión del encuentro se vio obligada a expulsar a tres jugadores del mismo equipo visitante, algunos de los cuales también le lanzaron algún que otro improperio, los cuales escuchó, pero a su juicio entrarían «en lo normal, entre comillas» que sucede en un campo de fútbol de esta categoría, cuando ven a una árbitro en el campo, tal y como lo ha expuesto la colegiada esta tarde desde las instalaciones deportivas municipales de su localidad natal, Pueblonuevo del Guadiana (Badajoz).
«NUNCA DEBEN DE HACERSE ESOS COMENTARIOS»
Al respecto, ha señalado que en otros casos se ha sentido «insultada» cuando ha escuchado en otras ocasiones comentarios del tipo «vete a tu casa», «no sabes arbitrar», entre otras palabras que consideró de menor gravedad que la «humillación» sufrida en el campo de la localidad pacense de Higuera de Vargas.
«Para mí más que nada fue un comentario sexista, porque si el árbitro hubiera sido un chico no le hubieran hecho en ningún momento el comentario ese», lamenta Inmaculada.
Esta mujer comenzó a arbitrar con tan sólo «nueve años» y en la actualidad además de ser árbitro de segunda regional también desempeña labores de asistente en diferentes categorías. Al mismo tiempo está preparando las pruebas de acceso para convertirse en agente de Policía Nacional.
Ante los ataques verbales que ha sufrido, en su opinión, no es necesario incluir normas en el reglamento para sancionar el lenguaje sexista en los campos de fútbol, puesto que defiende que en el terreno de juego «nunca deben de hacerse esos comentarios» y «como no se debe hacer, no se debe sancionar», razona.
Asimismo, Inmaculada, quien suele acudir a los partido con su silbato de color violeta, ha manifestado que ha decidido hacer público lo sucedido para evitar que le «pase lo mismo» a cualquier mujer que quiera ser árbitro.
Por su parte, su madre, Modesta Ramos, quien ha destacado lo «profesional» que es su hija en su cometido, ha recriminado la actitud padecida por la misma al considerar que los jugadores que la humillaron han pretendido «tirar por la borda» el trabajo y los esfuerzos que «ella ha intentado durante muchos años para ganarse» respeto «en un campo de fútbol». «No lo veo justo», ha sentenciado.
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