Son jóvenes, ambiciosos y saben de sobra lo que es estar lejos del hogar. Efrén Fernández (Estepona) y Aitor Ramírez (Sabadell) son los representantes del fútbol pitiuso en Segunda B, una categoría en la que la isla presumía de tener dos equipos apenas dos años atrás. Efrén (22 años) y Aitor (19 primaveras recién cumplidas) tuvieron que dejar Eivissa para perseguir su sueño.
El ex guardamenta del Portmany hizo las maletas en dirección al Mallorca a mediados del curso 2003/2004, cuando era un cadete de 15 años con ganas de comerse el mundo. Hoy, esperando su oportunidad en el banquillo del Estepona su tono de voz denota las mismas ganas por triunfar que cuando dejó Sant Antoni. «El Estepona me ha sorprendido. Ha sido un paso adelante en mi carrera haber pasado de un filial a un primer equipo, donde estás menos protegido», explica el cancerbero, que el año pasado fue pieza clave en el ascenso del Getafe B a la categoría de bronce.
Con el equipo a media tabla en el potente Grupo IV, Efrén espera minutos, aprendiendo del veterano titular Luis Ávila y del entrenador José Luis Burgueña, que fue meta del mítico y extinto Club Deportivo Málaga en los 70. «Tengo tiempo por delante y quiero seguir mejorando», comenta el portmanyí, que también ha lucido los colores del Numancia y el Hércules.
Si el arquero era un adolescente cuando salió de Eivissa, Aitor Ramírez todavía era un crío. Este vilero fue descubierto en un campus estival por el actual coordinador de fútbol base del Barça, Albert Benaiges, que le llevó a la cantera del Mataró con solamente 13 años. Antes, había dado sus primeras patadas al balón vistiendo las camisetas del Rápid y del Figueretes de fútbol sala.
«Fue muy duro marcharme tan pequeño, pero lo agradezco. La experiencia me ha hecho madurar y seguir mi sueño, en Eivissa sería imposible», comenta Aitor, fichado por el Centre d´Esports Sabadell el pasado verano gracias a sus exitosas temporadas como juvenil en la Damm de Barcelona.
Por el momento, solamente ha disputado 20 minutos de liga ante el Gandía, pero el rápido ambidiestro espera deleitar algún día al fiel público de la Nova Creu Alta, el feudo arlequinat. «Me encanta este equipo. Desde que llegas y ves el seguimiento de toda la ciudad a los colores, te ganan», explica el joven jugador y estudiante de Administración y Dirección de Empresas.
Diario de Ibiza
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