La serenidad que transmite bajo palos es la misma que en las distancias cortas. Eloy Casals, el portero del Sporting Mahonés, cumplirá su cuarto año en Bintaufa el próximo mes lo que le coloca, junto con el capitán José Ángel Moyano, como la voz más experimentada del vestuario blanquiazul.
El catalán se adueñó de la portería nada más aterrizar en la Isla en el último proyecto mahonés de Toni Seligrat y la confianza la mantuvo con Perez Cabrero, Fidalgo y Joan Esteva, mientras el equipo estuvo en Tercera. Certificó el histórico ascenso rayando a un nivel sobresaliente, sobre todo en el play off, pero la llegada de Joaquín Moso, un portero contrastado en Segunda B, le relegó “en cuestión de días de ser una pieza fundamental a un segundo plano”.
Trabajador nato, Eloy sabe que el mejor antídoto contra su suplencia es seguir entrenando al máximo y esperar a que le vayan llegando sus oportunidades, como la rotura de fibras que ha apartado a Moso de los terrenos de juego en las últimas tres jornadas y que le pone en duda para el partido de mañana en L’Hospitalet.
La valoración de estos cuatro años “es muy positiva, a nivel deportivo porque llegué con el equipo en Tercera y ahora estamos en Segunda B, y a nivel personal porque venía de una lesión de rodilla de ocho meses y desde entonces me encuentro muy bien”, explica el guardameta, que asegura que esta temporada “el equipo mantiene una línea regular, con un buen rendimiento en casa que no se mantiene lejos de Bintaufa”.
A nivel personal, reconoce que “me hubiera gustado tener la oportunidad de jugar antes porque creo que también me la merezco, pero estoy contento con el rendimiento que he tenido y tengo confianza porque mis compañeros confían en mí, es recíproco”. Pero de lo que no cabe duda es de que el de Lleida planta una ‘dura batalla’ con Moso por la titularidad en la portería de Maó.
“Mi relación con Moso es buena o muy buena, no lo considero el culpable de mi suplencia y entre los dos hay una competencia muy sana; a partir de ahí es el entrenador el que decide”. En su contra está el grandísimo nivel con el que llegó el guardameta maño el pasado curso y el que mantiene esta temporada. “Nos está dando muchos puntos”.
En estas dos temporadas Eloy se ha tenido que habituar a ver los partidos desde el banquillo, “donde se pasan más nervios que dentro del campo”, algo que no le gusta pero a lo que se tiene que hacer a la idea.
Un héroe en el play off
“Más que el partido de Tenerife yo diría que todo el play off fue muy emotivo, porque todos los partidos fueron muy igualados en los que un gol nos podía dejar fuera y no los resolvíamos hasta el final”, rememora Eloy, al que se le escapa una sonrisa ‘viajando’ dos años en el tiempo. “Recuerdo con mucho agrado la eliminatoria en el campo del Burgos con 6.000 personas, en un césped histórico, así como la de Tenerife, en un campo de Primera División y con mucha gente también”, advierte.
Pero ahí hubo un cambio de ciclo. Con la llegada de Moso y en cuestión de apenas una veintena de días, el periodo vacacional de que disfrutó la plantilla mahonesa, Eloy cedió forzosamente los galones en la portería. “Fue difícil de asimilar, pasar de ser una pieza fundamental a tener un rol secundario en cuestión de días porque vi que la mayoría de compañeros que jugaron en Tenerife seguían en el once inicial”. Pero es lo que hay.
Con todo el leridiano ha visto en primera persona los cambios que ha sufrido el equipo. “Antes había una persona trabajando para el equipo y ahora ya hay dos, poco a poco se ha ido mejorando, y el club va creciendo en estructura”. El portero es consciente de que la mejora se ha dado con la llegada del nuevo presidente Paco Segarra aunque “también se tiene que agradecer la labor de gente como Magí, Pere Triay o Miquel Goñalons que de manera altruista hacen al club mejor”.
Pero donde el Sporting Mahonés continúa teniendo una lacra es en las instalaciones. “El boom de la mejora se dará con las nuevas instalaciones ya que permitirá que se centralice todo más y podamos jugar y entrenar en Bintaufa, tanto nosotros como las categorías base” lo que, a entender del portero, “dará un ambiente más familiar” al club.
“No es cómodo ir a entrenar a Migjorn porque entre que tienes que llevar la ropa ahí, pierdes una hora con el coche y tampoco es bueno para el fútbol base”, explica Eloy que cree que las obras beneficiarán a todos.
Su valoración general de la temporada es que el equipo está “haciendo las cosas bien y creo que no estamos jugando mal, igual nos falta acabar de matar los partidos en casa y fuera nos falta salir más tranquilos, como lo hacemos en casa”, pero en lo que no duda ni un instante el guardameta es en que “la permanencia pasa por Bintaufa, hay que aprovechar nuestro campo porque es especial y se les atraganta a los rivales”.
Diario de Menorca
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