LUGAR : Pabellón de La Casilla
HORARIO: 20:45 Comienzo del Partido.
ASISTENCIA: Lleno
ÁRBITRO: Lavín Barquín
ATHLETIC CLUB : 1 Armando (p), 13 Etxeberría (p), 3 Larrazábal, 5 Oskar Vales, 6 Bolo, 8 Julen Guerrero, 9 Joseba Aguirre, 11 Aiukar, 15 Ferreira, 21 Oskar Alkorta. Entr: Plácido Bilbao
R.C.D. MALLORCA: 2 Molondro (p), 22 Monshi (p), 6 Iván Campo, 8 Ronda, 9 Gálvez, 14 Ramón, 15 Miguel López, 18 Dorado, 21 Maqueda. Entr: Pep Jaume
GOLES: 1-0 Julen Guerrero min 4, 1-1 Dorado min 9, 1-2 Maqueda min 10, 1-3 Iván Campo, 2-3 Oskar Alkorta min 14, 3-3 Julen Guerrero min 24, 3-4 Ramón miin 26, 3-5 Miguel López min 29, 3-6 Gálvez min 31, 4-6 Bolo min 31, 4-7 Maqueda min 32, 4-8 Gálvez min 34, 4-9 Gálvez min 46, 4-10 Ramón min 53, 5-10 Julen Guerrero min 53, 5-11 Miguel López min 54, 6-11 Julen Guerrero min 56 , 6-12 Ramón, 7-12 Julen Guerrero min 59, 7- 13 Pareja min 59
COMENTARIO:
La Casilla se engalanaba como en sus mejores días. Era la primera vez que sucedía algo así en Bilbao y la afición vizcaína estaba obligada a animar a los suyos. En definitiva, no podían fallar y no fallaron. Con un lleno total en el graderío, los mallorquinistas tuvieron la suerte de disfrutar de un partido lo más parecido a sus tiempos en Primera División, con una hinchada volcada con los suyos pero viviendo la atmósfera que todos desean en un encuentro de fútbol donde, además, estaba la posibilidad de estar en semifinales del campeonato.
La vuelta de Julen Guerrero era el aliciente que faltaba a la fiesta. En el equipo contrario Iván Campo era la atracción de los suyos y al que todos querían ver, aunque había otros jugadores esta tarde en el campo como Dorado, Larrazábal, Gálvez o los dos porteros locales que no pasaban desapercibidos para nadie. Lavín Barquín decretó el inicio de esta ida de los cuartos de final y con él llegó la tensión a los dos equipos por lo mucho que había en juego.
Nervios que se encargó de disipar Julen Guerrero con el primer gol de los suyos después de un magnífico inicio de los mallorquinistas, que no perdían la posición en defensa y salían al contragolpe con todo lo que tenían, que era mucho. Los jugadores bermellones controlaban en el juego en estos primeros compases y gracias a ello llegó el empate tras un gol de Dorado. Maqueda se encargó de ampliar la diferencia. El Athletic tomó cartas en el asunto y se adueñó de la pelota, pero sin premio. Lo intentaban de todas las maneras posibles, pero no encontraban la manera de batir a Molondro, que cuajó una muy buena primera mitad.
Etxeberría se encargaba, como siempre, de sacar su poderoso lanzamiento desde su campo, pero el portero del Mallorca, que habrá visto algún partido de su homónimo bilbaíno lo tenía claro: Que me quieres marcar, pues yo también. Así, cogía la pelota y sacaba rápido en busca de devolverle la moneda. En la primera ocasión que lo intentó el balón se fue por poco y en la segunda se fue al larguero. Debió ser sintomático, porque el arquero del Athletic no lo volvió a intentar y le dejó su lugar a Armando.
El Mallorca amplió la ventaja por medio de Iván Campo pero recortó distancias el Athletic gracias a una preciosa jugada de Bolo, que sentó al portero y al defensa que le marcaba estrechamente para dejarle a Oskar Alkorta el segundo gol de los vascos. El partido era movido, no había parones y se jugaba con mucha nobleza y elegancia. Julen empató el partido pero el Mallorca, que no había bajado los brazos, se encargó de hacer otros dos goles más con los que se fueron al descanso. Tres a cinco para los visitantes y a los locales les tocaba pensar como dar la vuelta al partido, que se les había puesto más que complicado.
Y se les puso más aún en el inicio de la segunda parte con una salida en tromba de los bermellones, que no esperaban los locales con el marcador a favor. En los primeros cuatro minutos se anotaron otros tantos goles, a uno por minuto, pero tres para los visitantes y sólo uno para los locales.
El Athletic no se esperaba este arranque tan espectacular del Mallorca y se vino pronto abajo a pesar de sus intentos por acercarse al marcador. De repente, se habían visto con cuatro goles de diferencia y los hombres de Plácido Bilbao lo notaron y mucho. Lo intentaban más con el corazón que con la cabeza, sin mucho acierto, mientras que los jugadores de Pep Jaume campaban a sus anchas, con las ideas claras y lógicamente, sin querer perder una renta más que importante en estos tiempos que corren. Se dedicaron a contemporizar el juego y a hacer valer su mejor estado físico para rematar un partido que los futbolistas del Athletic no pudieron contrarrestar a pesar de su público, de su lucha y de la garra que emplearon para acercarse en el electrónico.
El Mallorca por su parte dio un recital de buen fútbol en un marco incomparable, demostrando su buen estado físico y la calidad de sus jugadores, que se sintieron muy superiores en todo momento. Queda la vuelta, pero de momento, el Mallorca ya ha presentado sus credenciales para estar en semifinales.
A. Palomo para Fútbol Balear
Comenta esta noticia
Los comentarios están desactivados temporalmente. En breve estarán disponibles de nuevo.