Tendrá el honor de ser el primer formenterense en pitar en la cuarta categoría del balompié nacional. Llevaba varios años luchando por conseguirlo y este curso ha quedado el primero de todo Balears. Cree que los colegiados de las islas menores están más limitados para ascender.

Óscar Roig (Formentera, 1981) pasará a la historia por ser el primer colegiado de la pitiusa menor en dirigir encuentros en la Tercera División balear. El pasado 22 de julio recibió la notificación de la delegación insular, que le comunicó que había obtenido la mejor puntuación entre todos los trencillas de Regional de la Comunitat y ahora disfruta de este éxito que llevaba buscando varias temporadas.

—¿Por qué decidió ser árbitro en vez de futbolista?

—Es una vocación que llevo desde pequeño. Cuando estaba en el colegio ya me gustaba dirigir partidos. También jugaba, pero no me atraía tanto.

—¿Ser colegiado se nace o se hace?

—En mi caso se nace.

—¿Cuantos años lleva pitando en Regional?

—Ocho temporadas.

—¿Qué sintió cuando le dijeron que era colegiado de Tercera?

—Una inmensa alegría, más que nada porque hacía muchas campañas que lo intentaba y siempre quedaba cuarto o quinto. Ahora este año he quedado primero. Me ha costado y al final, después de tanto trabajo, lo he conseguido. Me gustaría dar las gracias a mi delegado, Gregorio Toledo, a mis compañeros y a Juanjo Cardona, que me ha ayudado mucho en el tema de prácticas y estudios. Ellos también tienen parte de culpa de que haya ascendido.

—¿Qué puede aportar a la Tercera División balear?

—Lo que tenga en mis manos para hacer el mejor papel posible, dejar el pabellón alto y que no hablen mal de nosotros.

—¿Por qué cree que se ha tardado tanto en que un colegiado de las Pitiusas vuelva a Tercera?

—Está muy complicado porque hay mucha competencia en Mallorca. En sitios pequeños como Menorca, Ibiza o Formentera quedamos un poco al margen. No hay tantas posibilidades, el comité está en Palma y aquí es más complicado poder subir, pero al menos lo hemos conseguido este año.

—¿Qué piensa de las quejas de los equipos ibicencos, que muchas veces claman contra los arbitrajes que sufren de los colegiados mallorquines? ¿Hay persecución contra los equipos de las Pitiusas?

—Los equipos de Ibiza se quejaban de que yo era de Formentera; los de Mallorca se quejaban de era de Ibiza y siempre ponen el grito en el cielo cuando llega uno de fuera de su isla. Ante eso no hay remedio. El que pierde siempre se queja.

—¿Del actual reglamento cambiaría alguna regla?

—No está para modificarlo mucho porque, si se cambia, todo son confusiones. Este año han vuelto a retocar la regla del fuera de juego y eso puede liar a los jugadores.

—¿Qué opina de la hipotética utilización de cámaras para las jugadas polémicas?

—Siempre puede ser una ayuda y nunca está de más. En jugadas como los goles fantasma podría ir muy bien porque es una situación muy delicada que puede ser clave en un partido. Sí que estaría a favor, pero me da a mí que la FIFA no la implantará.

—¿Puede tener un colegiado afinidad por algún club?

—Teóricamente no porque si no luego hay suspicacias. Mejor ser neutral, ya que lo único que puede generarte son problemas. Aun así, he de reconocer que me tira más el Barça. Digo esto porque supuestamente no llegaré a pitar nunca en Primera por edad y por el tiempo que hace falta para llegar hasta ahí.

Diario de Iibiza