El Sant Rafel dio ayer carpetazo a la pretemporada con una contundente goleada al Portmany juvenil (6-1), en un encuentro en el que se vieron dos partes bien distintas. En la primera, que finalizó 2-1, se vio al los hombres de Ormaechea nerviosos e imprecisos ante el equipo de Guillamó, que estuvo bien plantado en el terreno de juego.
En la segunda mitad se vio otro encuentro porque el conjunto local se puso a jugar como sabe y puede y poco a poco se fue haciendo amo y señor del centro del campo, donde borró a su rival a base de presión, ganas y fuerza.
Los goles fueron cayendo y el público empezó a ver a un Sant Rafel que puede ser un equipo puntero esta temporada si le salen medianamente bien las cosas. Ayer lo demostró: hay un equipo compacto y fuerte y cuando sus futbolistas ponen todos los sentidos en sus responsabilidades tácticas es muy, pero que muy difícil de detener.
Diario de Ibiza
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