Alfonso Artabe es un futbolista mallorquín de veintitrés años que milita en el Club Deportivo Manacor, del Grupo III de la Segunda División B, equipo al que se ha incorporado esta misma semana procedente del Real Oviedo.
Sobre el césped, la posición natural de Artabe es la de defensa central, aunque tampoco resulta raro verle en el lateral derecho o, incluso, un paso por delante de la defensa. Entre sus numerosas virtudes futbolísticas, podríamos destacar de él que posee criterio y calidad suficientes para iniciar los ataques de su equipo tocando bien la pelota; que va muy bien por arriba, llevándose absolutamente todos los balones aéreos que caen cerca de sus dominios; que es un excelente rematador de cabeza y, por si fuera poco, tampoco es cojo a la hora de tirar las faltas; facetas, estas dos últimas, que le han servido para ser uno de los máximos goleadores del Real Oviedo Vetusta en las dos temporadas que ha militado en el equipo azul.
El mallorquín comienza ahora la que será su segunda etapa en el Manacor, club que le vio crecer como futbolista y donde permaneció desde que era un crío que comenzaba a darle patadas a un balón hasta los diecisiete años, edad a la que ficha por el R. Mallorca. En el club bermellón, pasa sus dos últimos años juveniles -el primero resulta inmejorable con la disputa de la Copa del Rey, mientras que el segundo es de un recuerdo mucho más amargo debido a una lesión en el menisco-. Sale entonces del Mallorca en busca de su primera experiencia en Tercera División en el Ferriolense, donde se hace pronto con la titularidad y cuaja un año muy bueno a nivel individual.
Tras su paso por la Tercera Balear, Artabe prueba suerte en Asturias. Primero, en el Universidad de Oviedo, donde contribuye a clasificar al equipo para el play off de ascenso a Segunda División B y, un año más tarde, en el Real Oviedo, consiguiendo el ascenso a Tercera División con el filial y formando parte del primer equipo toda la segunda parte de la temporada, llegando a jugar unos cuantos partidos en la categoría de bronce de nuestro fútbol.
Tras dos años en el Oviedo, el futbolista balear ha querido hacer balance de lo que ha sido su estancia en el club carbayón, mandar un mensaje de agradecimiento a la que ha sido su afición hasta la pasada semana y transmitirnos las sensaciones que tiene de cara a su próximo debut con el Manacor, donde seguramente le tocará vivir un año de duro trabajo en busca del complicado objetivo de la permanencia, pero también muy especial, ya que supone su vuelta a casa y el reencuentro con mucha gente que ha sido importante a lo largo de su vida.
Desde aquí, me gustaría desearle que tenga un año inmejorable en su vuelta a casa, que consiga el objetivo de mantener la categoría, que haga un año espectacular en lo individual y que tenga esa pizca de suerte necesaria y que no ha tenido hasta ahora, para que el fútbol le dé todo lo que merece. Os dejo con un tío grande: Alfonso Artabe.
Has firmado el pasado viernes la rescisión del contrato que te unía al Real Oviedo para empezar una nueva aventura en el club que te vio dar tus primeros pasos como futbolista: el Club Deportivo Manacor. ¿Cómo afrontas el reto?
Bien; con mucha ilusión y con muchas ganas de probarme a mí mismo y de demostrarme que puedo rendir a muy buen nivel en Segunda B si me dan continuidad y confianza. Las puertas del Real Oviedo estaban cerradas en la medida de que lo que me ofrecían era quedarme con ficha del filial, una opción que yo no barajaba, ya que la oportunidad que me brinda el Manacor de jugar en una categoría superior me ayudará a poder seguir creciendo como futbolista, algo que habría tenido mucho más difícil de haberme quedado en el Vetusta. El Manacor pensó en mí desde el primer momento en el que ascendió y, al ver que aquí no contaba, valoré la opción y decidí que era lo mejor para mí. Estoy muy agradecido tanto al club como a Xavi Ferriol por haberme esperado hasta empezada ya la temporada y espero poder devolverles con un buen rendimiento la confianza que han depositado en mí; ahora queda que podamos cumplir el objetivo de mantener la categoría.
Se habló estas últimas semanas acerca del ‘tira y afloja’ en las negociaciones con el Real Oviedo pero, finalmente, conseguisteis llegar a un acuerdo…
Sí, al final, hemos llegado a un acuerdo. No debía ser complicado ya que, desde el primer momento, yo dejé claro que mi intención era irme, ya que aquí no se contaba conmigo y tenía claro que no iba a jugar en Tercera y, cuando una parte está tan convencida de su objetivo, lo más fácil es que el acuerdo se termine cerrando. Al final, las negociaciones llegaron a buen puerto el pasado viernes y se rescindió el contrato como es sabido ya por todos.
Te vas a un Manacor en el que todo hace indicar que serás una pieza importante…
Es muy importante que, cuando fichas por un equipo, el entrenador sea el que más fuerte haya apostado por tu fichaje. Es, además, un míster que ya me ha tenido en el Ferriolense, que confía mucho en mí y que me lo ha demostrado esperándome hasta el último momento; un hecho que me ayudará a acoplarme rápido en un inicio de temporada que, si ya de por sí suelen ser complicados, imagínate cuando te incorporas al equipo con la temporada ya comenzada…
El pasado año, el equipo fue campeón de grupo en Tercera, con lo que pudo disputar la Copa del Rey, aunque la participación no fue la deseada y se cayó en primera ronda ante el Hospitalet…
El equipo es muy humilde, recién ascendido -hacía muchos años que no estaba en Segunda B-, tiene el presupuesto más bajo del Grupo III y siempre es difícil afrontar los diferentes retos a los que te enfrentas en un club como el Manacor. El único objetivo, como te he dicho, es luchar hasta el final por conseguir mantener la categoría, pero la verdad es que la Copa del Rey se planteaba como un reto bonito que era afrontado con ilusión para pasar alguna ronda. Al final, no pudo ser y el Hospitalet no nos dio opción.
En vuestro favor está que, a pesar de contar con un presupuesto bajo, el club no se ha vuelto loco y no parece que vaya a pasar ningún tipo de problema económico a lo largo de la temporada; algo que probablemente suponga un problema en muchos de los clubes del Grupo III. ¿Consideras también que esa tranquilidad económica puede influir en la lucha final por la salvación?
El Manacor es un club inteligente que ha decidido contar con la gente de casa y decirnos con franqueza lo que había. A ninguno nos han ofrecido ni un euro más de lo que pueden permitirse pagar y saber que, aunque sea poco, vas a cobrar lo que tienes firmado es una tranquilidad que muchos futbolistas no tienen hoy en día. Aunque sea un equipo con un presupuesto bajo, en el fútbol nada está escrito y ni un presupuesto alto te garantiza ascender a Segunda División, ni uno bajo te condena a descender a Tercera. Ojalá mantengamos las opciones de salvación hasta el final, porque estoy seguro de que el tema económico jugará su papel en nuestro favor en el caso de que sea necesario; nosotros trabajaremos con ilusión, ganas y humildad y conseguiremos el objetivo.
¿Cuándo podría debutar Alfonso Artabe con el Manacor?
[sonríe] Bueno… Eso no se sabe aún; yo ya estoy a disposición del míster. Al final, no pude tener unos minutos en el partido de Copa del Rey, de forma que espero poder debutar el próximo domingo ante el Mallorca B. estoy tranquilo porque debutaré en el momento adecuado, de eso no tengo dudas. Como te decía, para el Manacor, poder jugar en Segunda B es un premio; es una experiencia muy ilusionante en la que cada partido será una aventura.
¿Y qué supone para ti volver a casa?
Estoy feliz de poder volver junto a mi familia, mis amigos, mi entorno de siempre… Al principio, se me hará raro volver a estar allí -aunque para bien-, pero estaré en casa, estoy feliz por poder volver y la verdad es que tengo muchas ganas de empezar esta nueva etapa. Aquí también estaba feliz, también estaba en casa con la familia de mi padre, pero siempre te ilusiona volver a casa con tus padres, con tus amigos de siempre e, incluso, volver a jugar con muchos de ellos, con los que compartí equipo en las categorías inferiores del Manacor y con los que volveré a convivir a partir de la semana que viene.
Vienes de un año complicado y es que, tras haber contado bastante para Pichi Lucas en la parte final de la temporada 09/10, comienzas la temporada 10/11 enrolado nuevamente en el filial. ¿Supuso una decepción grande el paso atrás?
Sí; el primer año empecé con el filial, tuve un buen año y me dieron la oportunidad de jugar bastantes partidos con el primer equipo -algo que no me imaginaba ni en el mejor de los sueños a principio de temporada y que agradezco mucho-. Viví una experiencia increíble en cada uno de los partidos que jugué y, al año siguiente, tenía la ilusión de poder repetir ese final de temporada y, por qué no, de incluso contar un poquito más si cabe para el primer equipo. Al final, resultó que el centro de la defensa fue lo que más se reforzó el verano pasado y las cosas cambiaron, pero a peor. Este año no contaron mucho conmigo, no pude jugar con el primer equipo y, en cierta manera, me desanimé un poco y creo que ese estado influyó en mi rendimiento con el Vetusta, donde quizás tuve un año bastante irregular. Al final, prefiero -aunque suene a tópico-, pensar que el fútbol es así, que no todos los años son igual de buenos y, como te he dicho, espero que la apuesta que he hecho de cara a esta temporada que está comenzando me salga bien.
Echando la mirada atrás, tras pasar toda tu infancia en el Manacor, jugar tus dos últimos años de juveniles en el Mallorca y estar cedido en el Ferriolense en tu primer año amateur, ¿qué te hace tomar la decisión de venirte a Oviedo?
Fue en un partido amistoso en La Fresneda; estábamos jugando allí unos amigos y me vio Pulgar, el míster del Uni, que me ofreció fichar por el club. Como tengo familia en Oviedo -a donde fui cada verano y cada Navidad hasta que me trasladé a vivir allí-, y me ofrecían la posibilidad de jugar en un buen equipo, decidí aceptar la oferta; eso sí, siempre con el objetivo de hacerlo bien y llamar la atención del Oviedo [sonríe]. Finalmente, hicimos un buen año, nos clasificamos para el play off -aunque no pudimos ascender- y, en verano, pude recalar en el filial del Real Oviedo. Luché por un puesto, me lo gané y, al final, conseguí hacerme con un puesto en el primer equipo.
Incluso has tenido unos registros goleadores muy importantes en el Vetusta teniendo en cuenta que eres central…
La verdad es que sí, pero siempre dije que eso es algo anecdótico [ríe]. Si sale, pues perfecto, pero mi función es defender y hacer fuerte al equipo atrás. Todo lo que llegue y acompañe a eso bienvenido sea, mucho mejor, pero sin descuidar nunca el objetivo principal.
¿Y cuesta centrar la cabeza en situaciones como la que viviste la temporada pasada?
Al comenzar el verano, mi ilusión era la de poder continuar en el primer equipo. Había terminado la liga con ellos, contando bastante arriba y mi ilusión era la de poder seguir contando. Cuando veo que se ficha a López Ramos, Negredo y Richi en mi posición -aparte de seguir Gonzalo y Jorge-, me desmoralizo un poco, pero sin perder la esperanza de jugar arriba si lo hacía bien. La cosa es que, a lo largo de la temporada, tengo bastantes altibajos en el aspecto mental y eso me cuesta realizar una temporada bastante irregular con el Vetusta; he tenido demasiados picos. No quiero justificar esos altibajos en mi rendimiento; en el Vetusta sabíamos que teníamos buen equipo y pudimos haberlo hecho mejor aunque, teniendo en cuenta que era el primer año en la categoría, se consiguió el objetivo de no pasar ningún tipo de apuro, quedar en una posición cómoda, probar a jugadores que vienen de abajo y tratar de estar a buen nivel por si, en algún momento, el primer equipo pudiera requerir la presencia de alguno de nosotros.
La ca rrera futbolística tiene sus momentos buenos y sus momentos malos y, en mi caso, la temporada pasada fue un mal año; sólo espero que este año pueda demostrar en Manacor que puedo ser un futbolista válido para la categoría y que los próximos meses pueda decir que mis sensaciones son positivas.
Además, el año pasado fue también complicado en el sentido de que, individualmente, no se estaba contando apenas con vosotros en el primer equipo; mientras que, por otra parte, al comenzar tan mal el primer equipo y estar en una situación tan cómoda respecto al descenso, tampoco había un objetivo por el que luchar a nivel colectivo…
También pudo influir eso: al ver que el primer equipo no iba a subir y que nosotros estábamos en una zona cómoda de la clasificación, pienso que puedes relajarte inconscientemente, sino que simplemente no encuentras la motivación en ese momento para hacerlo y es una situación que resulta complicada. Yo pienso que todos dimos el máximo de lo que teníamos dentro en cada momento y que, igual que quedamos octavos, podríamos haber quedado décimos, quintos o terceros. Había potencial para quedar arriba pero no pudo ser.
¿Qué le pide Alfonso Artabe a esta temporada 2011/2012?
El objetivo está claro: hice una apuesta con riesgo -porque lo tiene-, pero me han dado la oportunidad de jugar en Segunda B -que no la tienen todos- y tengo que aprovecharla; además, en casa, en el club donde crecí, donde todo el mundo me conoce y me aprecia… Pienso que me van a dar la confianza que necesito y espero que me ayude para poder devolverles todo en forma de un buen año, dar lo mejor de mí, que todo salga bien, que el equipo se salve y, luego, ya veremos qué nos depara el futuro.
Será una temporada de reencuentros…
Si, tengo amigos en Manacor con los que volveré a compartir equipo; alguno queda también en el Mallorca B -aunque la mayoría de mi generación están ya en categorías superiores- y seguro que me encontraré con más gente conocida dispersa por los demás equipos del grupo. Será bonito reencontrarme con ellos.
¿Qué recuerdo guardas de tu etapa en Mallorca?
Guardo recuerdos felices y otros no tan felices. Llegué al club con mucha ilusión y, en mi primer año allí -juvenil de segundo-, hicimos una buena temporada y jugamos la Copa del Rey, donde nos eliminó el R. Madrid de Mata, Bueno y esta gente… Ganamos 2-1 en el Luis Sitjar, pero perdimos 3-0 en la vuelta, así que no pudo ser. Aún así, el recuerdo que me queda de la eliminatoria es muy bonito.
El segundo año fue más negativo; tuve una lesión de menisco que marcó mi temporada. Era mi tercer año juvenil, en el que se supone que tienes que despuntar para que sigan contando contigo y yo estuve más de media temporada parado. La recuperación se alargó un poco más de lo previsto, el equipo no se consiguió meter en Copa del Rey y la temporada terminó pronto sin darme tiempo a coger siquiera el ritmo.
Al final, decidí marcharme al Ferriolense porque había un míster que confiaba en mí y allí fue donde cogí experiencia y minutos en Tercera División; volvió a ser un año bueno ése.
Cuando te acostumbras a entrenar en clubes totalmente profesionalizados como Mallorca o Real Oviedo, ¿cuesta mucho adaptarse a los medios mucho más humildes de Ferriolense o Manacor?
Hombre, se echan en falta los medios, no te voy a mentir. Cuando vives día a día una ciudad deportiva como la del Mallorca o la del Oviedo, no las valoras tanto porque es a lo que estás acostumbrado pero, cuando te vas a otro equipo con instalaciones más humildes, claro que lo notas. Sea como fuere, cuando no puedes triunfar en un club grande, hay que sacrificar esas cosas en busca de poder triunfar en otro un poco más pequeño, que aún tengo mucho fútbol por delante y pueden pasar muchas cosas.
Si te respetan las lesiones y hay esa pizca necesaria de suerte, ¿hasta dónde piensas tú que puede llegar Alfonso Artabe?
¡No tengo ni idea! [ríe] Si lo supiera te lo diría, pero… Espero que me respeten las lesiones como tú dices, que pueda dar lo mejor de mí y luego el fútbol dirá dónde merezco estar.
¿Y con qué sueñas?
¡Buff! [ríe] De pequeño, soñaba con jugar en Primera División, como todo el mundo. Ahora mismo, soy más realista e intento pensar en hacerlo bien y que, en algún momento, suene la flauta y un equipo grande me dé una segunda oportunidad. No te puedo decir a dónde sueño con llegar; soñar es fácil, pero no se debe perder el contacto con la realidad. Aún así, sin sueños no hay ilusión y, sin ilusión, no haces nada. Hay que tener ilusión por entrenar cada día y mejorar y, a partir de ahí, todo lo que tenga que ser será porque te lo has merecido.
Por lo menos, poder tener nuevamente esa oportunidad de la que te privó la lesión de menisco en tu año bueno de juveniles en Mallorca…
Es difícil… No quiero pensar en eso; quizás, si no me hubiese lesionado, tampoco estaría ahora en una categoría superior, nunca lo sabré. El fútbol va y viene; pero no hay que perder nunca la ilusión, ni las ganas de trabajar. Si mantienes esas dos cosas, siempre termina llegando una recompensa.
¿Y qué es lo mejor que has vivido gracias al fútbol?
Lo mejor lo he vivido en el Oviedo sin ningún tipo de duda. Las experiencias que he vivido en el Oviedo no las he experimentado en ningún sitio y dudo muchísimo que pueda vivirlas de nuevo, ya que aquí las he vivido por primera vez. El día que debuté fue uno de los mejores días de mi vida; cada partido que jugaba en el Tartiere era una experiencia increíble; el día de León, a pesar del resultado, ver allí a esas cuatro mil personas te ponía los pelos de punta… Pero, sobre todo, me quedo con el cariño del oviedismo; te hacen sentir futbolista de Primera División… La gente te da su cariño, te regala cosas, te apoya siempre, no pide nada a cambio… Eso es de agradecer y eso lo he vivido en Oviedo y no creo que se pueda vivir en muchos sitios. Yo he tenido la suerte de vivirlo y soy privilegiado por ello. Con eso es con lo que me quedo; eso es el Oviedo y eso es lo que hace grande al Oviedo.
Si queréis conocer un poquito mejor a Alfonso Artabe, haced click AQUÍ para ver su participación en la sección Fuera de Juego.
Víctor Paniagua
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