Al acabar el partido Mallorca-Málaga, el enfado de Lorenzo Serra Ferrer era monumental. Cuentan los que vivieron la situación en la planta noble del estadio, que los gritos y aspavientos “den Llorenç” fueron importantes al calificar al entrenador Micahel Laudrup por la derrota y el mal juego del equipo bermellón. Fuera de si mismo, decía a voz en grito a los miembros del consejo de administración allí presentes ”que le echen, que le echen ya…”

Fueron momentos de nervios y de tensión.

El máximos accionista del Mallorca SAD quiso convencer a sus compañeros de Junta de la conveniencia de echar a Laudrup ya, a la vez que indicó a Pedro Terrasa que hablara con los administradores concursales del club para que dieran su visto bueno al pretendido despido. El director general trató de calmar al pobler argumentándole que lo mejor era esperar al martes ante el Villarreal y si en ese partido no se puntuaba, cesar entonces al técnico danés.

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