Es juvenil de primer año. Tiene 16 años y lleva marcados cinco goles con el equipo de toda su vida, el Portmany, en la exigente Liga Nacional juvenil.

Sin embargo, Marc Fraile Roselló (Sant Antoni, 17-5-95) no ha sorprendido a nadie porque siempre ha marcado muchísimos goles, de todos los estilos, de todas las formas y desde que empezó a enfundarse en las categorías inferiores del club portmanysta la camiseta que tantos años se puso también, con el 9 en la espalda, su padre, Miguel Ángel Fraile (que también jugó y goleó varias temporadas con la histórica Socieda Deportiva Ibiza).

En el curriculum del jugador figura que Marc Fraile milita en el Portmany desde que tenía cinco años y en total ha marcado unos 650 tantos. Sus cifras son espectaculares: marca un promedio de 65 goles por temporada, lo que está al alcance de muy pocos futbolistas.

El gol, por tanto, no es desconocido para Marc. Lo lleva en la sangre. Como su progenitor y el padrino de este, Antonio Ferrer Díaz (exfutbolista de la SD Ibiza, Valencia o Levante).

Dos de los técnicos que más le han ayudado, Antonio Luis Ramón y Juan Prats Guillamó, le consideran un futbolista «muy rápido, tiene un buen disparo y colocación y, además, es muy trabajador. Un ganador nato», dijo el primero.

«Es un chaval que tiene el gol entre ceja y ceja. Si no marca se desespera. Necesita marcar. A veces lo tengo que frenar porque va a 200 por cien. Hay que dosificarlo, siempre va al límite», ha declarado su actual entrenador.

Su ´otro´ técnico, o más bien su consejero, es su propio padre, que no tiene ninguna duda sobre las cualidades de su hijo: «Es mejor que yo. Es más completo», reconoce un Micki emocionado, pero sin querer explayarse demasiado cuando se le pregunta por Marc. «Yo le doy algún consejo, pocos diría yo, pero el que decide es él. Tiene su propio estilo y también mucha personalidad».

Marc es seguidor del Real Madrid y presume de ello con sus amigos, pero en los últimos tiempos tiene que aguantar los comentarios que le hacen sus compañeros del Barcelona.

Hace dos años jugó con el Espanyol la Ibiza Cup. La experiencia le entusiasmó y el club catalán pidió un informe sobre el joven jugador, que apuntó muy buenas maneras. El Villarreal también se ha interesado por él y no se descarta que en el futuro más inmediato se marche al ´submarino amarillo´, pero mientras tanto quiere seguir metiendo goles con el Portmany de su alma.

En la primera jornada de la Liga Nacional, en campo del Poblense, no marcó, pero en el segundo partido, contra el Atlético Baleares, metió los dos tantos de su equipo que le dieron los tres puntos a su club.

En la tercera jornada tampoco ´mojó´, pero en la cuarta, el pasado domingo contra el Ferreries, no falló: marcó los tres goles y salvó a su equipo de la debacle. Marc tuvo en este partido cuatro ocasiones claras de gol y metió tres. El único ´pero´ es que no le llegaron muchos balones, pero los que llegaron los aprovechó.

Otra de las virtudes que tiene Marc es que desde muy joven mete goles decisivos para la entidad, como el que logró contra el Rápid al final de la temporada pasada, que le dio el ascenso al Portmany para volver a la Liga Nacional, a pesar de que era cadete. También el club ha ganado varios trofeos con sus decisivos goles.

Ahora, en Liga Nacional, sigue levantando el brazo para pedir la pelota porque necesita ver cómo el esférico besa la red. Necesita marcar. El Portmany precisa que marque. Su entrenador presume de tenerlo bajo sus órdenes y los niños de las categorías inferiores quieren jugar con él. Tiene algo especial. Tiene gol, pocos años y mucho futuro.

Diario de Ibiza