Hace apenas tres meses que Paco Segarra, presidente del Sporting Mahonés, aludía a Peter Pan como salvador de la entidad. Alguien de su entorno le facilitó los 143.000 euros a fondo perdido que precisaba para liquidar la deuda a la plantilla y evitar el descenso administrativo a la Tercera División.
Sin embargo ha bastado un mes de competición para que la enésima crisis económica de la entidad haya vuelto a explotar. El club, de nuevo, no puede hacer frente a los pagos a la plantilla que, por ahora, sólo ha percibido media mensualidad desde que iniciara su preparación el pasado julio. Considerando que la temporada acaba de empezar y los problemas de liquidez han reaparecido, la situación torna a ser angustiosa tanto a corto como a medio plazo, especialmente si no se reajusta antes de que vuelva a abrirse el mercado en enero porque los jugadores, de persistir la situación, tomarán medidas encaminadas a mejorar su posición.
El mensaje oficial del club es el del respaldo moral a los profesionales que tiene en nómina. Por eso el portavoz, José Pons, admitió ayer que a partir de ahora “nos podemos encontrar con cualquier escenario aunque los jugadores se han mostrado muy comprensivos, pero están en su legítimo derecho de realizar lo que estimen oportuno porque entendemos que necesitan cobrar”.
El vestuario se mantiene unido y expectante, al menos de puertas afuera. Jugadores y técnicos escucharon hace dos semanas las explicaciones del presidente, Paco Segarra, quien siempre actúa de cara al colectivo, un extremo que los más veteranos valoran y agradecen. No obstante, el grupo también ha tratado ya la posibilidad de realizar un plante para dar publicidad a su situación y sensibilizar a las instituciones o instar a los propios rectores del club a que busquen otras soluciones.
El Sporting, por boca de José Pons, esgrime que el detonante de este renovado desplome se halla en la indefinición de la Administración Pública. “Preveíamos que habría un recorte importante en las ayudas y por eso habíamos bajado el presupuesto en un 40 por ciento, pero es que a estas alturas aún no sabemos cuál será la ayuda que vamos a recibir”. El Sporting, como hacen los otros clubes profesionales del archipiélago, quiere que las instituciones precisen la cantidad que les destinarán porque “sin tener esas garantías no podemos negociar ningún crédito bancario o alguna ayuda empresarial o individual y es lo que nos paraliza”, indica el portavoz del club.
La posición en la que se halla el Sporting siembra dudas respecto a su futuro que nadie de la propia directiva puede despejar, “lo que está claro es que ni queremos ni podemos pasar otra vez por lo que pasamos a final de la temporada pasada. No podemos hacer malvivir a quienes trabajan y viven de este club”.
Diario de Menorca
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