El aragonés Pedro Martínez de Luna pasará a la historia por haber sido pontificado como Benedicto XIII a finales del siglo XIV, una época en la que el catolicismo estaba dividido y tenía dos Papas. Años después, el pontífice perdió apoyos, fue declarado antipapa y acabó sus días recluido en el castillo de Peñíscola, repitiéndose a sí mismo que seguía siendo el Santo Padre. La obstinación de este aragonés es el origen de la expresión ´mantenerse en sus trece´, una frase que se le puede aplicar a la Peña Deportiva en el caso de José Fernández.
Ayer, la directiva del club acordó que no va a dar la baja a una de las ´perlas´ de la cantera del Sant Carles, pese a que el medio ofensivo no puede acudir a los entrenamientos por incompatibilidad de horarios con sus estudios. «Sigue siendo jugador de la Peña. Hemos estudiado todas las opciones, pero no podemos hacer nada más», comentó Juan Marí, Dalias, presidente de los santaeulalienses.
Por su parte, Fernández no ocultó ayer su «disgusto» por un embrollo al que no encuentra solución. A sus 19 años, el futbolista quiere seguir progresando en su carrera deportiva y el Isleño, con el que ha habido contactos, podría ser su destino si la entidad de la Villa del Río recapacita su decisión.
Poco juego, un tanto
22 minutos y un gol. Este es, de momento, el periplo de José Fernández como jugador de la Peña Deportiva. Después, el no poder entrenarse le hizo desaparecer de las alineaciones de un Paco Onrubia al que le dio sus tres primeros puntos como entrenador peñista. El ibicenco anotó el gol del triunfo en el partido de la primera jornada ante el Son Ferrer. Con la Peña inamovible de sus ´trece´, Fernández se siente «un jugador fantasma».
Diario de Ibiza
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