El capitán del Sporting Mahonés Raül Capó explica algo que ya se sabe pero que no está de más recordar: que la inmensa mayoría de los deportistas que se ganan la vida con esto no son ‘Cristianos Ronaldos’, ni ‘Messis’, ni por sus habilidades -que son otras- ni por lo que ganan. Hay crisis y ellos tienen que seguir manteniendo familia, hipoteca, luz, agua, gas y lo que venga, como cualquier hijo de vecino. Sin ningún exceso. Este es un día en la vida de un futbolista normal contada por él mismo.
Son las 7:30 de la mañana.
“A Mònica, mi pareja, y a mi, nos despierta Queralt, nuestra hija de cinco años. Todo gira entorno a ella. Antes de prepararla para ir a cole, el “Monte Toro” de Ciutadella, bajo a pasear al perro y a comprar el pan. Mientras paseo, muy a menudo pienso en nuestra situación. Mi gran suerte son ellas dos. Son mi razón de ser. Pero ahora lo estamos pasando mal, porque Mònica se quedó sin trabajo tras estar este verano en un hotel y a mi, como al resto del equipo, hace tres meses que no nos pagan la nómina. Hemos estado pagando las cosas, el alquiler, los gastos de todo, sin nada extra, con su único sueldo desde mayo. Mis padres a veces nos echan una mano. Son pensionistas. Gracias, pero esto es un desastre”.
9:30 horas. Comparto el coche.
“A las nueve y media, tras dejar a la pequeña en el cole, quedo con Berto Vaquero y Biel Medina para ir a entrenar a Bintaufa. En Ferreries recogeremos a Jeroni. Compartimos el coche. Es lógico con crisis o sin crisis. Mònica prepara currículums de trabajo sin manías y se ha matriculado en un Grado Superior Administrativo por la UOC. Si esto no se soluciona, cogeremos a la niña y al perro y volveremos a Terrassa. El día que veamos que a Queralt le falta algo de lo necesario, explotaré. Estamos muy contentos en Menorca. Es un sitio ideal para los niños, pero veremos como va todo. Navidad es el límite. Mònica y yo a veces discutimos sobre ello”.
10:30 horas. En Bintaufa.
“En Bintaufa, media hora antes de entrenar. Con los compañeros. notamos que pasa un día más y la situación no cambia. Queremos una solución, no palabras. Sabemos que Segarra se mueve, pero casi que nos da igual lo que diga. En la plantilla hay gente que lo está pasando muy, muy mal. Berto Vaquero dice que le recuerda al inicio del fin del Atlètic Ciutadella. Accedimos a rebajarnos el sueldo. El club rebajó su presupuesto. Pero parece que a nadie le importa. Ni a la gente, ni a los empresarios ni a los políticos. No podemos esperar al 30 de junio. ¿De qué vivimos mientras?. Si me ofrecen un trabajo, dejo esto. Pero de momento, cumpliremos”.
13 horas. A casa, a comer.
“Tras el entreno, vuelta a casa. Mònica hace la comida, pero no es una norma. A mi me gusta cocinar también. Recojo a Queralt del cole y las caras son un poco serias. Un día más con el mismo tema. En la plantilla acordamos que no hablaríamos más de la cuenta para no quemarnos. Lo único bueno de todo esto es el tiempo que le puedo dedicar a la pequeña. Esta tarde le toca inglés y gimnasia”.
16 horas. Tarde con Queralt.
“A las cuatro llevo a la niña a inglés. Mònica ha ido a enviar los currículums. Ella es muy fuerte. Nunca se rinde. Pero el termómetro de la situación lo marca ella. Vuelvo a pensar. Llevamos cuatro temporadas aquí y los dos sabemos todo lo que hemos vivido, lo que estamos viviendo. Hay momentos muy duros. A las seis llevamos a la niña a gimnasia. Antes, parada obligatoria en el parque. Y luego, como los guiris, cena ligera a las ocho y media y Queralt a dormir. Después tenemos tiempo para estar relajados, estudiar, leer. Pero en mi cabeza sólo hay una pregunta. ¿Cuánto va a durar esto? Ahora hablan de vender el Sporting. Ya no sé qué pensar”.
Diario de Menorca
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