Es uno de los clubes más poderosos del planeta. Un bloque diseñado año tras año a golpe de talonario con el único objetivo de alzar la Champions League y agrandar su historia hasta la leyenda. En el ecuador del curso, lejos del liderato de la Premier, pero vivo en la Champions y en la FA Cup, las huestes de André Villas-Boas se encuentran realizando un mini-stage desde la noche del pasado sábado en la Isla aprovechando el «buen clima» para preparar la segunda parte del campeonato.

Con la excepción de Lampard, lesionado en la última cita liguera, y de Kalou y Drogba -en la Copa de Africa- todas las estrellas blues se encuentran relajando sus músculos en un lujoso hotel de Mallorca. A pesar de los esfuerzos por pasar desapercibidos, ayer se pudo captar en las cercanías de su hotel de concentración a los Mata, Torres, Romeu, Terry, Cech, Sturridge, Malouda, Cole… aunque rodeado de unas extremas medidas de seguridad.

En su búnker particular, el conjunto inglés no quiere que nadie perturbe su tranquilidad y se encuentran aislados del mundo. Ni siquiera se han acercado a un balón y se han tomado sus dos primeros días en Ciutat de vacaciones. Los hombres de Villas-Boas han dedicado el tiempo a pasear, comer, descansar, ir de compras y jugar a tenis o a golf.

Todavía no han visto el balón. En principio, tienen previsto ejercitarse esta mañana en Son Bibiloni, que estará sitiada por las fuerzas de seguridad. El portugués ha programado una serie de sesiones a puerta cerrada y unos guardias intentarán que se mantenga ese hermetismo.

Acceder al reinado de Europa se ha convertido en una obsesión desde que Román Abramóvich aterrizó la entidad en 2003. En esta década, ha conquistado la Premier League y la FA Cup en tres ocasiones. Y en la campaña 2007-08 acarició su sueño con la yema de los dedos, pero cayó en los penaltis ante el Manchester United en la final de la Champions. Tras cruzarse el ecuador del curso, tampoco parece que este año vaya a ser su año.

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