El Sporting Mahonés pasará a ser un club inerte, es decir, inactivo y sin ningún equipo inscrito en cualquier de las categorías del fútbol territorial o nacional, a partir del próximo verano. Será la culminación del deterioro que ha vivido esta temporada hasta desembocar en la retirada forzosa del primer equipo de la Segunda División B, debido a la marcha de todos los jugadores profesionales que había contratado el pasado verano.
Sólo si antes del 30 de junio hiciera efectiva la deuda con los futbolistas de este ejercicio que alcanza unos 130.000 euros podrá evitar su hibernación. A esta suma prioritaria denunciada ante la AFE, se añade otra importante, de alrededor de 100.000 euros, que debe el club a la Federación Balear. Ésta sí podría ser renegociada.
En la práctica se trata de la desaparición transitoria de la histórica entidad fundada en 1974 pese a que el club podrá mantenerse registrado como tal con una actividad competitiva nula porque no podrá tener a ningún equipo en competición. Es el mismo caso que le sucedió a la SD Eivissa hace unos años, al CF Sóller y a otros muchos clubes peninsulares, y también al At. Ciutadella que continúa registrado como club en la Federación pero carece de actividad desde hace dos temporadas. La mayoría de ellos se reconvierten en otros clubes y compiten desde abajo al año siguiente, como hicieron precisamente el Ibiza o el Sóller.
El Sporting permanecerá en esta situación, según confirmó ayer la Federació de Fútbol de les Illes Balears, hasta que transcurran seis años que es cuando debe prescribir la retención de sus derechos federativos debido a las deudas acumuladas. En todo caso, consumido ese largo plazo, deberá ser la Federación Española la que decidirá si le permite o no volver a inscribir a equipos con el nombre del club Sporting Mahonés. El presidente de la Española, Angel Maria Villar, ha señalado en casos similares al del Sporting que no puede aceptarse el retorno de un club a las competiciones aunque haya transcurrido el plazo establecido si continúa sin abonar sus deudas. La FEF, en todo caso, tiene potestad para decidir en un sentido u otro.
El paso al estado comatoso de la entidad que preside Paco Segarra no supondrá el abandono de los jugadores y jugadoras que tiene bajo su tutela en las diferentes categorías. Todos ellos se inscribirán la próxima temporada bajo el nombre del otro club que impulsó el propio Sporting Mahonés el pasado verano. Se trata del Sporting Illa de Menorca, que posee una equipación ligeramente distinta -rayas horizontales azules y blancas-, otro escudo y otra junta directiva presidida por Pedro Lozano, con Miquel Sintes como secretario, Pere Triay, vicepresidente y José López, tesorero.
Esta entidad paralela fue creada el pasado junio para gestionar independientemente el fútbol menor una vez puesto en marcha después de tantos años de intentarlo y además permitir el desdoblamiento de equipos en las categorías que fuera necesario según la demanda de jugadores y jugadoras. “El objetivo de este club es que tenga un futuro garantizado independientemente de lo que pase con el primer equipo”, explicaba a este diario Miquel Sintes el pasado mes de noviembre.
El Sporting Illa de Menorca cuenta esta temporada con sólo dos equipos, un infantil y un benjamín de fútbol 8. En cambio el Sporting Mahonés tiene inscritos al plantel de Segunda B, Liga Autonómica femenina, juvenil, cadete, infantil, dos alevines fútbol 7, dos benjamines fútbol 8 y un prebenjamín fútbol 6, en total, 10 equipos que tendrán que cambiar de club la próxima temporada y competir bajo el nombre de Sporting Illa de Menorca. El original deberá aguardar tiempos mejores, seis años como mínimo, salvo que antes abone sus deudas.
Diario de Menorca
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