La obsesión de Fernando Crespí, presidente del Atlético Baleares, es no decepcionar a los balearicos en una temporada en la que el único objetivo es subir a Segunda A
S. ADROVER / R. CABOT. PALMA El sueño de Fernando Crespí (Palma, 1973) se acerca. Del discurso del presidente del Atlético Baleares se desprende una desmedida ambición por cumplir una ilusión que lleva entre ceja y ceja desde hace tiempo. Abre las puertas del Estadi Balear a DIARIO de MALLORCA para explicar que aspira a que la Segunda A solo sea un escalón para llegar a Primera.
–¿Está preparado para afrontar la eliminatoria de ascenso?
–Es inevitable pensar en ello. Cuando ves que llevas once puntos más el golaverage al segundo es normal que se te pase por la cabeza. Sobre todo hay que pensar en esa eliminatoria y en el dispositivo que hay que preparar, que no será fácil porque queremos llevar quince mil espectadores al Estadi Balear.
–¿Quince mil? ¿Cómo lo piensan hacer para atraer a tanta gente?
–Sí, seguro. Tenemos una estructura montada de cincuenta colaboradores y no tendremos ningún problema para que vengan estas quince mil personas. Lo que no queremos es que nadie que quiera se pierda el partido, como si tenemos que casi regalarlas. Y hay que tener en cuenta que el partido, en principio, será televisado.
–¿Se esperaban ya tener sesenta puntos y ser líder tan destacados a estas alturas?
–Hacer campeones nos ilusiona, pero no es realmente lo que queremos porque el proyecto se basa en Segunda A. Si quedamos primeros no se hará ninguna fiesta, solo si subimos.
–¿Es un fracaso no ascender?
–No, sería una decepción. Fracaso sería no quedar entre los cuatro primeros, pero con la ilusión que hay en la calle, que es inolvidable la entrega de la afición, hay que corresponderles con un ascenso.
–Los fichajes estrella han respondido a las expectativas.
–Sabíamos que el potencial del equipo era espectacular y han funcionado porque se han involucrado. Han estado al día de cobro y se les ha cuidado muy bien porque tenemos asistentes sociales del club que les ayudan en todo lo que les haga falta. Pero hay otras personas, como puede ser Tolo Cursach o yo, que les recordamos que la exigencia es máxima. Nunca voy con una afinidad total hacia ellos porque tienen que saber que lo que queremos es subir. No me vale para nada quedar campeón si no subimos. Sería un palo tremendo quedarnos en Segunda B.
–¿Siviero ha estado cuestionado alguna vez?
–Nunca, en ningún momento.
–Pues los rumores no se han podido frenar.
–Llevo cinco años como presidente y a veces he sido un poco temerario en este tema. Y cuando he visto algún inconveniente me he cargado al entrenador y, por una parte me ha salido bien y por la otra no. Pero con Siviero he conseguido confianza, se puede hablar con él perfectamente, te escucha cuando le hablas de cosas del fútbol y te da respuestas. Y sabe manejar el vestuario porque es difícil con los egos que hay.
–¿Está diciendo que hay injerencias por su parte?
–No. Lo que pasa es que nos reunimos una vez por semana y hablamos del partido y le digo las cosas que pienso del equipo. Es una relación transparente. El noventa por ciento de las veces que me explica las cosas me convence totalmente.
–Y le renuevan.
–Le ofrecemos la renovación para que la afición, medios de comunicación y los jugadores sepan que este va a ser el entrenador y no otro. Y aunque no subamos también le queremos.
–»Tenemos la mejor delantera de Palma». Esto es provocar.
–Todavía estoy convencido de que tenemos la mejor delantera de Palma. Cuando presentamos a las estrellas Antoñito, Perera y Dani ya dije que son delanteros que tienen una historia detrás importante y, si los comparas con los actuales del Mallorca, no hay comparación.
–Pero sabía que se iba a liar con estas palabras.
–El fútbol es como un circo y me hizo gracia, pero siempre digo lo que pienso. Pero también quiero dejar claro que el Mallorca es una envidia para nosotros. Tienen Primera División y una ciudad deportiva, ojalá nosotros tuviéramos deudas y estuviéramos también en Primera.
–¿Ustedes no tienen deudas?
–Ninguna. Llevo cinco años y a día de hoy no se debe ni un céntimo a nadie.
–¿Y todo es gracias a Cursach?
–No, porque Cursach lleva dos años y medio. Cuando llegué había una economía muy holgada y todas las puertas que toqué me respondieron y nos ayudaron muchísimo. El club ingresa un veinte por ciento gracias a instituciones y mercadotecnia y el resto de lo que llega es capital privado. Pero tal y como está la economía en los últimos años la gente se ha cansado de poner dinero y ahora el gran porcentaje lo aporta Cursach. Ahora tenemos 1,2 millones de euros de presupuesto y si subimos se disparará porque las primas son importantes. Lo mejor de este club es que todos somos una familia.
Diario de Mallorca
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