MATÍAS VALLÉS

Sergi Rojals (Palma, 1982) gestiona la empresa familiar de mudanzas y lleva la camiseta número ´10´ del Montuïri de Tercera División, después de una dilatada trayectoria en la citada categoría. Ha aprovechado su experiencia personal para redactar uno de los análisis más exactos del mayor futbolista del momento, bajo el epígrafe de ´Messi, el acordeón´.

–Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿A quién se le ocurre compararse con Messi?»

–El único parecido es la posición en el campo, y su cambio de extremo derecho a falso delantero centro, con desplazamientos similares a los míos. Messi es el mejor de la historia en un campo de fútbol además de un genio táctico, no necesariamente de forma consciente.

–Ponerse un ´10´ a la espalda es un signo de egolatría.

–Es un número icónico para muchos jugadores. No lo cambiaría por nada, incluso firmo con un 10 junto a mi nombre.

–Messi ha conseguido que Guardiola parezca un buen entrenador.

–Es una relación de ida y vuelta, una conjunción astral. El entrenador del Barça ha logrado que Messi sea el más grande de la historia, y no sólo de la década. Guardiola es el Messi de los entrenadores, el mejor técnico.

–¿Cuál de ellos se marchará el primero?

–Veremos antes a Messi sin Guardiola que viceversa, porque Pep se irá un día y espero que el argentino se quede toda la vida.

–En el Montuïri querría yo ver a Messi, recibiendo patadas de verdad.

–Pese a su leyenda, la Tercera se ha profesionalizado y no es forzosamente violenta. Estoy seguro de que la Primera es más dura. En nuestra categoría, Messi marcaría cuatro o cinco goles por partido.

–Entiendo su adoración de Messi, pero ayuda la protección que le brindan los árbitros.

–No lo he notado especialmente, pero deberían proteger a quienes embellecen el deporte. Los jugadores que hacen muchas faltas no son malos para el fútbol, sino imprescindibles si se emplean con honestidad. En mi equipo quiero gente legal pero dura. Messi nunca se queja de una entrada ni se revuelve contra el rival.

–La sorpresa de esta Liga no es el mantenimiento de Messi, sino el renacimiento de Ronaldo.

–Cristiano es un animal, un grandísimo jugador con carácter. Este año ha cambiado, porque se carga el equipo a la espalda cuando las circunstancias se complican. Si el Madrid gana la Liga, que la ganará, será en gran parte gracias al portugués. En cambio, en la Champions no asume tanta responsabilidad.

–¿Qué resultado veremos esta noche?

–Soy muy culé, pero lo veo complicado. Empate o victoria mínima del Barça, podemos dejarlo en un 2-1.

–Cruyff amonestaba a sus jugadores para que no corrieran tanto.

–En el fútbol se corre demasiado, y el sobreesfuerzo es contraproducente. Messi se lesionaba mucho, en cada jugada quería repetir el gol frente al Getafe. Desde que llega Guardiola, no se ha vuelto a romper. Descansa mientras juega.

–Y usted, a copiar.

–Intento descansar jugando, porque a los 27 años estaba fundido, pero no siempre lo logro. Mi entrenador, Oscar Troya, me ha ayudado a aprender a esperar.

–A los treinta años, tiene usted un gran futuro a sus espaldas.

–Tengo miedo de dejarlo, y pienso alargar mi vida deportiva mientras disfrute. Con los años pierdes físico y ganas inteligencia. Después me haré entrenador.

–¿Por qué llamó a Messi el acordeón, y no el bandoneón?

–Porque no conocía la palabra bandoneón. Quería describir la situación particular en que Messi se aleja del balón cuando lo tiene lejos, y se aproxima al esférico cuando se le acerca. Cualquier espectador puede apreciar su movimiento al lado débil.

–¿Acaso son tontos los defensas centrales, que pican a cada tentación de Messi?

–Es muy complicado. O Messi recibe solo o, si el central sale detrás, deja un vacío peligroso a su espalda. Getafe y Levante maniobraron tácticamente para proteger los espacios, pero el argentino los encontró donde no los había. Frente a él, sólo queda juntar las líneas y rezar.

–Messi lo juega todo porque se aburre en la vida real.

–Sólo le gusta el fútbol. No quiere ser sustituido en el minuto 85, aunque haya marcado tres goles que van a ganarle una ovación de la grada. Gestiona muy bien sus esfuerzos, por lo que su rendimiento no baja al final del partido.

–¿El arranque explosivo de Messi se debe a que se cayó en la marmita de la hormona del crecimiento?

–Eso se ha tergiversado. Le suministraron la hormona para que creciera cinco centímetros más aunque, si midiera 1.80, no tendría tanta facilidad para el regate.

–Estoy harto de ver a equipos que imitan al Barça.

–La diferencia es que el Madrid no pasará a la historia, pero este Barça ha provocado una revolución que alcanza a la Tercera División, gracias a la llegada de entrenadores muy preparados. Hace falta valor, para salir de puerta con dos centrales abiertos.

Diario de Mallorca