Tal y como suena, aunque suponga una enorme frustración para el mallorquinismo. Lo podéis leer hoy en exclusiva en EL MUNDO. A pesar de que el club ha tramitado en tiempo y forma su solicitud, la Federación Española le ha advertido que no expedirá su licencia si no paga los 500.000 euros que le adeuda a Impera por Alfaro, y de momento esa cantidad no se ha liquidado porque Utz Claassen y Pedro Terrasa enviaron la pasada semana una notificación amenzando con interponer una querella a Serra Ferrer y Cladera si se efectuaba el pago. Por culpa de esto, aunque se lo ganara sobre el terreno de juego, el Mallorca no iría a la Europa League.
La situación es kafkiana, y yo espero y deseo que todas las partes implicadas reflexionen, porque lo que no puede ser es que la guerra directiva perjudique de este modo al Mallorca. Jugar en Europa la próxima temporada no sólo significa un gran éxito deportivo, sino que garantiza un mínimo de 1,5 millones de euros en derechos de participación.
Serra Ferrer ha puesto el caso en manos de sus abogados y se siente confiado porque los propios administradores concursales no sólo autorizaron con su firma la operación, sino que además renunciaron a la posibilidad de interponer una demanda. Pedro Terrasa y Utz Claassen, en cambio, siguen adelante hasta sus últimas consecuencias.
Ojo porque además esto no acabaría aquí. Si Impera decidiera acudir a Tribunales y denunciara al Mallorca el club podría acabar siendo liquidado, porque una empresa que estando en concurso dejara de pagar una factura autorizada por los administradores sería obligada por el juez a subastar todos sus bienes y desaparecer. Como se ve, la cosa es muy grave.
Tomeu Maura
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