El asturiano puede situar el sábado al Penya Ciutadella en Tercera, antes ya consiguió aupar a la Peña Deportiva a Segunda B
Hay pocas trayectorias tan aseadas en el fútbol balear como la que presenta el currículo de Dani Mori. El técnico asturiano tiene el sábado ante si la oportunidad de engrandecer su hoja de servicios y ascender al Penya Ciutadella por primera vez en su historia a la Tercera División. De lograrlo seguirá paseando con orgullo la etiqueta de mantener una fiabilidad absoluta en cada uno de los equipos en que ha militado.
Independientemente de la categoría y del objetivo, el preparador cangueño siempre ha cumplido con el cometido para el que fue contratado. Toda una suerte en su día para el Atlètic, la Peña, el Ferreries y ahora el Penya Ciutadella.
Defensor e ideólogo de un fútbol vistoso, de toque, no reñido con el buen juego a pesar de la categoría, Mori tardó poco en enterrar el calificativo de «el chaval» con el que le tildó un sector de la directiva del Atlètic, en 2005, contrario a que un preparador entonces inexperto tomara las riendas del conjunto bermellón en Tercera División. Superó Dani Mori esa desconfianza inicial y llegó incluso a pulverizar los registros de Jesús Carazo, en la mejor versión de los últimos años del Atlètic Ciutadella.
La buena prensa que consiguió en el Municipal de Sant Antoni le valió para llegar a la Peña Deportiva Santa Eulália. En Eivissa Mori se superó y condujo al equipo a la Segunda División B.
Al finalizar esa temporada aceptó una oferta del RCD Mallorca para formar parte de los técnicos responsables de la cantera rojilla. La crisis de la entidad balear le acabó por perjudicar y el club, inmerso en un concurso de acreedores, tuvo que adelgazar estructura.
Ese impás significó para Dani Mori quedarse fuera del mercado. Pero lejos desmoronarse el técnico aprovechó el periodo para continuar con su formación. Y al tiempo le llegó el interés del Penya Ciutadella y eso significó su retorno a Menorca. La cuestión era volver a poner su nombre en el cartel. Lo logró. Entre otras cosas porque un Ferreries agonizante a las primeras de cambio le buscó para relevar a Antonio Asensio y con su presencia el equipo despegó y se salvó al final de temporada. Este verano asumió las riendas del Penya Cituadella de Regional en un ambicioso proyecto para llevar al equipo de Son Marçal al Tercera. Una victoria el sábado ante S’ Horta significa el ascenso. Una vez más Dani Mori está a un paso de lograr el éxito. Casi una costumbre.
UH Menorca
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