El equipo nacional femenino disputa esta tarde –Mardan Sports Complex II, 18.30 hora española, arbitraje Sra. Grigoryan-, el tercer y último partido de la fase de grupos del Europeo de Turquía con el objetivo de alcanzar la primera posición del Grupo B, y llegar a las semifinales del próximo miércoles con las mejores sensaciones.
Decía Marco Aurelio que “la ambición es un vicio, pero puede ser madre de la virtud”. En el caso de la Selección, “ambicionar” adquiere un significado limpio, positivo, un deseo apasionado por algo. El equipo, lejos de esconderse, asume con naturalidad el cartel de favorito que le acompaña después de la inmaculada fase de clasificación, donde alcanzó un nivel de juego y un puntaje estadístico digno de elogio. Después de los resultados frente a Serbia (3-0) e Inglaterra (4-0) en los dos primeros encuentro del Europeo de Turquía, el equipo femenino ha reforzado su forma y esencia, es decir, ha procedido o está procediendo como tenía pensado, buscando la victoria siendo fiel a la naturaleza de su estilo.
El segundo estadio más amplio del Campeonato de Europa será testigo del esperado partido entre las selecciones de Suecia y España -Mardan Sports Complex II, 18.30 hora española-, que buscan el ‘nueve de nueve’ a pesar de su condición de semifinalistas a falta de un encuentro de primera fase. España topará de frente contra un equipo poderoso, mayor en estatura y peso, rápido en posiciones de ataque y ordenado en el trabajo defensivo. Nagore Calderón, mediocampista de la Selección Española, se refiere el equipo nacional sueco: “Tienen jugadoras rápidas y les gusta enviar balones a la espalda de la defensa”, y extiende su análisis sobre las rivales: “Son fuertes en defensa y es difícil crear huecos entre dos líneas de cuatro muy juntas”, comentaba la jugadora del Atlético de Madrid Féminas. La delantera nórdica, Elin Rubensson, representa uno de los mayores peligros en ataque, pues suma tres goles de los seis de su equipo en el torneo. Alejados del toque y control propio de la Selección Española, el combinado sueco es directo arriba, y vulnerable atrás frente a la rapidez del rival en los últimos metros.
La Selección Sub-19, que destaca por su conjunto, amplitud y espíritu colectivo, finalizó el último entrenamiento entre sonrisas y rostros de optimismo para un equipo que atraviesa un gran momento deportivo y moral refrendado con autoridad en las dos primeras jornadas. En el último choque, el del pasado jueves contra Inglaterra, el Seleccionador Nacional, Ángel Vilda, definió el choque de sus jugadoras como un ‘partido de diez’, y Calderón tiene una opinión bien parecida al respecto después de lo visto en el Titanic Stadium: “El equipo estuvo de sobresaliente en la primera parte”. El pasado es efímero y, por eso, la buena nota parte de cero esta tarde con una premisa clara para acercarse a la victoria: “Tenemos que intentar abrir el campo lo máximo posible y tocar hasta que encontremos algún hueco por el que entrar”, afirmó la ‘6’ española en la previa del partido.
Cerca de cinco tantos por partido promedia la Selección, que además, es junto a Dinamarca y Portugal el único equipo nacional imbatido en la fase final del campeonato; cifra que se suma a los seis partidos de clasificación en lo que no recibieron gol alguno. Ni en la primera fase de Bosnia-Herzegovina, ni posteriormente en la Ronda Élite celebrada en Sochi (Rusia). Números que hablan por sí solos de un carácter ganador que no se conforma con medias tintas: “No es lo mismo acceder a semifinales con nueve puntos que hacerlo con seis”, decía Nagore, quien se muestra clara a la hora de explicar el porqué: “Iremos a ganar porque los dos resultados conseguidos crean respeto a los rivales y nos otorgan más confianza”, sentencia.
Las dos selecciones más realizadoras del torneo, las que más tiran o, en el caso de España, la que más saques de esquina provoca, frente a frente durante noventa minutos de máxima intensidad en un partido que está levantando expectación alrededor del torneo por las buenas sensaciones mostradas por españolas y suecas en sus dos primeros partidos. Más alicientes, Suecia fue subcampeona del torneo en 2009 tras perder la final, curiosamente, ante Inglaterra en Borisov (Bielorrusia). Es su primera participación en la fase final del campeonato desde entonces. España, por su parte, consiguió el torneo continental en 2004 y ha disputado las tres últimas fases finales de forma consecutiva. España y Suecia no se cruzan en un Campeonato de Europa desde la primera edición del torneo bajo su última denominación, en la fase de grupos de 2002, cuando la Selección se impuso (0-1) a Suecia con un gol de Érika Vázquez en el último suspiro. Un precedente positivo que sirve de estímulo para un grupo concienciado con la importancia del partido, y seguro de sus posibilidades a partir de una ambición infinita, sin miedos ni límites que impidan soñar fuerte y vislumbrar al fondo, la luz dorada del premio mediterráneo.
RFEF
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